eL tranvía ejerció ayer de escenario para una acción al margen del habitual trasiego de viajeros, algunos ataviados con truculentos disfraces para celebrar la víspera del día de Todos los Santos. Justo cuando el sol se ponía y la noche de Halloween encaraba sus primeros coletazos, un grupo de seis personas inició una importante labor social con los adolescentes que cogían el metro ligero para salir de fiesta. Con una corbata morada como elemento distintivo y unas calabazas del mismo color repletas de material de prevención facilitado por el Servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Vitoria, educadores y educadoras sociales se lanzaron a la calle para sensibilizar a los jóvenes gasteiztarras contra las actitudes sexistas.

La acción, que forma parte de la iniciativa Kalez Kale de IRSE (instituto de Reintegración Social de Álava), junto al Servicio de Acción Comunitaria municipal del Departamento de Asuntos Sociales, formaba parte de una experiencia piloto que podría repetirse en el futuro a tenor del éxito cosechado ayer. Además de repartir información y charlar con los adolescentes tanto en las paradas como en los vagones, EuskoTran quiso adherirse a la iniciativa mostrando mensajes en favor de la igualdad y el lema Déjalo claro, ponte el morado que ejerció de leitmotiv de la noche bajo el color que unifica mundialmente la lucha contra el machismo y el sexismo.

"Nos parecía que la noche de Halloween, en la que muchos jóvenes salen a disfrutar, podía ser un buen momento para salir a la calle y concienciarles sobre este problema. Nos gustaría poder repetirlo en el futuro con otras fechas", explica Lorenzo Martínez, coordinador del programa de educación de calle de IRSE Araba. A lo largo de cuatro horas, educadores y educadoras de las zonas de Lakua-Abetxuko y Arriaga-Ibaiondo se camuflaron en la noche para promover un comportamiento sano e igualitario entre los jóvenes vitorianos. Y es que la lacra del sexismo también se adueña en ocasiones de los menores de edad.

"Durante este año hemos venido realizando diagnósticos a pie de calle y hemos detectado que se siguen produciendo actitudes sexistas entre ellos. Verbalizan lenguaje machista, utilizan a las mujeres de objeto, los chicos siguen estando por un lado y las chicas por otro... Estamos volviendo otra vez al pasado", lamenta Idoia Martínez de Lahidalga, una de las educadoras de calle que ayer dedicaron su tiempo a trasladar tan importante mensaje a los adolescentes de la capital alavesa que viajaban en el tranvía en busca de fiesta. "La gente joven tiene interiorizada la teoría, pero a veces parece que cuesta llevarla a la práctica. Por eso es importante trabajar para concienciar a todos los chicos y chicas", explica Idoia, vestida al igual que sus compañeros con su corbata morada y una calabaza con información en la mano.

maltrato psicológico El problema del sexismo tiene muchas y en ocasiones complicada ramificaciones. Los menores que sufren esta lacra cerca acaban por imitar las actitudes de sus referentes personales, y una vez empapados de tan peligrosa actitud es complicado erradicarla si no es a base de trabajo. Según un reciente estudio, un 18,9% de las chicas adolescentes españolas justifica la agresión y el sexismo como forma de responder a un conflicto, y un 4,9% ha sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico. Por si fuera poco, el problema se traslada también en ocasiones a las redes sociales, donde según un informe del Observatorio vasco de la Juventud un alto número de chicas adolescentes de Euskadi ha recibido alguna vez una proposición de índole sexual a través de sus perfiles de Facebook, Twitter o Tuenti. En el fondo, el maltrato psicológico pasa ahora mismo por ser uno de los problemas que más preocupan a los educadores que trabajan diariamente con los jóvenes, por encima del físico, menos común en estas edades. "Los chavales piensan que el único maltrato que existe es el físico. Sólo lo asocian con la agresión directa, por eso estamos intentando hablar con ellos también sobre el maltrato psicológico, que es el que menor huella deja aparentemente", apunta Itziar Aduna, otra de las educadoras que ayer entraban y salían de los vagones del tranvía.

La preocupación con la que se topan es que es precisamente la vejación psicológica la que más se extiende entre la población adolescente. "Lo que más estamos viendo en los adolescentes es el maltrato de control. Amenazas del tipo ojo cómo sales de fiesta, a ver con quién te veo o si no sales conmigo no sales. Frases para impedir que las chicas se expresen con libertad", incide Itziar. A pesar del frío que ya calaba los huesos de la noche vitoriana cuando empezaron con la acción en la calle Honduras alrededor de las 19.00 horas, la juventud parecía recibir entre curiosa y suspicaz los acercamientos de los educadores, aunque a todos les podía lo primero.

"Además de hablar con ellos les entregamos unas miniguías en prevención de conductas sexistas, chapas o pins. Pero lo importante sobre todo es hablar con ellos y escuchar sus inquietudes", especifica Jorge Cortijo, que lleva más de diez años dedicado en cuerpo y alma a su trabajo como educador social. "La sociedad transmite de generación en generación valores que no fomentan precisamente la igualdad. Desde la literatura infantil con sus princesas guapas a merced del príncipe y las mujeres libres y autónomas representadas como una bruja", desgrana Jorge, que pese a todo quiere transmitir un mensaje positivo. Nadie como él, que convive día a día con los jóvenes de Vitoria, conoce mejor el potencial de futuro de la generación que se avecina. "Si todos trabajamos juntos por la igualdad, será mucho más sencillo concienciar a toda la sociedad", confía con optimismo mientras el tranvía se aproxima a su siguiente parada.

Divididos ya en grupos de dos, los educadores amplían su radio de acción mientras sus calabazas y sus corbatas moradas atraen las miradas de los viajeros. "El objetivo que teníamos con esa acción era desde el principio mantener un contacto directo con los adolescentes. Hemos venido realizando iniciativas de este tipo, en espacios y horarios poco habituales, desde hace un tiempo, y siempre se saca mucho partido de ellas", se felicita el coordinador del programa.

acciones futuras De cara al futuro, y teniendo en cuenta la gran acogida que tuvo ayer el particular truco o trato sin caramelos pero con conciencia social, el programa municipal de educación de calle tiene previsto extenderse en al menos dos fechas más hasta final de año: el 5 de diciembre, víspera de la fiesta de la Constitución, y la noche del 19 ó 20 de diciembre. Además de la igualdad y la lucha contra el sexismo, la idea de los miembros del programa pasa por expandir sus acciones de calle a otros temas que afectan directamente a los adolescentes como la salud, las relaciones sexuales o la perspectiva de género. Lo harán sin ya sin sus corbatas moradas ni las tradicionales calabazas de Halloween que tanto éxito tuvieron ayer por la noche en los vagones de la capital alavesa.

Finalizada la jornada en pro de la igualdad alrededor de la medianoche, los educadores y educadoras ponían punto final a una labor de la que sus vecinos de Vitoria deberían sentirse orgullosos. Porque del trabajo de personas anónimas como Jorge, Idoia o Itziar depende en gran medida el futuro de una sociedad que por mucho que pasen los años parece mantenerse apegada a las peores y más anacrónicas actitudes entre mujeres y hombres.

Al menos por una noche, los adolescentes gasteiztarras fueron escuchados y sensibilizados sobre un problema al que muchos de ellos se enfrentarán día a día. Con que un solo chico o chica saliera ayer más sensibilizado que antes contra el machismo, la labor de los educadores sociales en la fría noche de Halloween habrá merecido la pena.