Vitoria. Ya se perfila una nueva ordenanza de movilidad ciclista en Vitoria. ¿Las normas son el pilar fundamental para conseguir la perfecta convivencia entre los distintos medios de transporte?
Las normativas está bien que se escriban, pero luego hay que hacerlas cumplir. Normalmente lo que pasa es que no se ponen los medios para que se cumplan. Y para eso, es mejor ni siquiera redactarlas.
Aquí el alcalde ya ha advertido de que ciclista que no vaya por la calzada, ciclista que será multado. ¿A medidas así se refiere?
Por ejemplo. De todas formas, en Vitoria hace años que ya se pusieron algunos bicicarriles por la calzada para convivir con los coches. Ahora, se está dando el paso lógico hacia las zonas 30.
¿Pero no es muy osado obligar al ciclista a salir a carreteras donde el límite de velocidad es 50 km/h, cuando a día de hoy se siente indefenso ante el coche?
Ya, pero también el peatón se siente indefenso ante la bici. Durante años, el ciclista se ha estado quejando del coche porque no le respetaba y el ciclista, cuando ha tenido más presencia, no ha respetado al peatón. Al final, somos como animales de presa. Es la ley de la selva. Nos parece mal lo que los otros nos hacen, pero no lo que hacemos a los demás. Y deberíamos ser más reflexivos en ese sentido. El tráfico es pura convivencia, sin más, sin pretender ser el más importante de la tribu, sin quejarte porque otro se ha puesto en la mitad de tu camino. Se trata de compartir espacios comunes sin ser más que nadie.
El coche no puede estar preparado para, de un día para otro, tener que compartir la carretera con bicis y verse frenado en su camino.
El conductor tiene que estar preparado para lo que venga. Si un día se encuentra con una caja que ha caído de un camión, tendrá que poder solventar la situación. Hemos convertido el conducir en una banalidad, en algo que hacemos de forma automática, sobre todo en los trayectos habituales, cuando debe exigir mucha más atención. Cuando pasa algo, no estamos preparados, y llegan los accidentes por alcance.
Por si acaso, no le va a quedar otra al ciclista que ponerse el casco. O le obligarán a llevarlo.
No lo sé... Desde mi punto de vista, a veces la Administración peca de sobreprotección. No sé si es porque vengo de una etapa en la que los chavales nos caíamos, nos hacíamos chichones y no pasaba nada. Hoy en día parece que hemos ido complicando demasiado la vida. Hay un excesivo celo. Estamos prohibiendo todo, cuando deberíamos hacer uso del sentido común.
Entonces, prohibir sí o sí que el ciclista circule por la acera cuando hay arterias de tanto tráfico...
Bueno, yo he andado en bici toda la vida por San Sebastián, y lo hacíamos por la calzada. Vale que había menos coches, pero era así. Y cuando hicieron carriles-bici, a mí no me supuso un cambio tan grande. Es una cuestión de hábito.
En 47 calles de Vitoria se han implantado ya las zonas 30. ¿El primer paso para seguir extendiendo el modelo por las vías interiores de todas las manzanas?
Recuerdo que me hizo gracia cuando hace unos años se anunció que Zaragoza implantaba sus primeras zonas 30, como si fuera algo que se les había ocurrido, cuando ya existía una normativa europea. Y la hay ya estatal, súper definida, que explica qué calles deben ser obligatoriamente de 30. Y eso lo aplican unos ayuntamientos antes y otros después, porque depende del presupuesto. Lo que hace falta, en cualquier caso, es que estén bien diseñadas, y que siga habiendo arterias de entrada y salida a la velocidad límite actual. Tiene que estar el entramado bien jerarquizado.
Pues hablando del diseño de las zonas 30, en 13 de esas 47 calles se han pintado bidegorris en sentido contrario a la circulación. Y no están gustando nada de nada. ¿Es cuestión de acostumbrarse?
O no. Al diseñar los trayectos, igual hay que pensarlo mejor, porque este cambio es muy radical. Quizá es cuestión de tiempo, pero en principio no lo veo. Si el tráfico va en el mismo sentido, es más fácil la convivencia. Si es en sentido contrario, o separas físicamente los carriles o mal asunto. El peor accidente que hay es el frontal. Por eso, en el norte de Europa, en Suecia, hace unos años que ya está prohibido hacer una carretera de doble sentido: un carril del otro tiene que estar físicamente separado. Así que ahora poner a circular las bicis en sentido contrario a los coches con una raya pintada en el suelo... Puede ser problemático. Si es que se usan, porque al ciclista no le puede apetecer ir en contra del tráfico. Para eso, es mejor que el trayecto tenga unos metros más, por seguridad.
¿Las zonas 30 son un fastidio para el conductor o al final menos acelerador conlleva más beneficio?
El conductor se va a quejar siempre, porque durante muchos años el coche ha conquistado todo el espacio y ahora se le está acotando. El automovilista debe plantearse cómo circula por la ciudad, para qué, que dispone de otros medios alternativos y que para trayectos de menos de dos kilómetros debería hacer uso de ellos. En definitiva, ser consciente del abuso y de que las cosas están cambiando. Respecto al consumo... Dependerá del modelo de coche, la verdad. El consumo en ciudad es sobre todo por arrancar y frenar. Y por los atascos. Que, por cierto, el conductor se queja de los atascos, sin darse cuenta de que él lo está creando.
Está claro que el beneficiario absoluto de las zonas 30 no será la bici, sino el peatón.
Sí. De hecho, la principal razón de las zonas 30 no son tanto las bicis como los peatones. Los más perjudicados por la mencionada conquista del coche de la ciudad han sido los niños, que ya no juegan en la calle, y los mayores, que tienen que circular con más precaución, aunque a veces no lo hagan... Si un coche te pilla a 30 km/h, la posibilidad de supervivencia es muy grande. El umbral entre la vida y la muerte se puso en 50 km/h, y por eso se estableció como límite en la ciudad. Pero con 30 km/h la seguridad es muchísimo mayor.
¿Pero poner tantas trabas al coche no puede tener sus inconvenientes? Los comerciantes del centro, por ejemplo, se lamentan de tanta OTA y de tanta zona peatonal.
Sí, claro, se quejan, pero no por ello se deben mantener los esquemas anteriores, que eran de abuso. Además, hay que entender que hay alternativas al vehículo privado para acercarse al centro. Y no tener miedo a los cambios, que es lo que en realidad suele pasar.
Vitoria vive, en parte, de su potente industria automovilística: Mercedes, Michelin... A estas empresas no les puede hacer gracia este afán por la movilidad sostenible.
¿Entonces las empresas que fabrican misiles deberían enfadarse si se consigue la paz mundial? De lo que se trata es de aprovechar esta situación para sacar adelante nuevos productos: el vehículo eléctrico, como ya está haciendo Mercedes, o los neumáticos respetuosos con el medio ambiente que ha sacado Michelin.
Hablando del vehículo eléctrico, en Vitoria ya hay 40 puntos de recarga, pero el ciudadano lo ve muy lejano...
Es normal que lo vea lejano. Mientras no baje el precio de estos vehículos, aunque se dan subvenciones para su adquisición, será difícil que se asienten. Además, está el tema de la autonomía. Por ahora, no valen para hacer trayectos largos. No obstante, llegarán. Y, mientras tanto, hay otras opciones más razonables, como los coches híbridos.
¿Es posible que Vitoria se convierta en una ciudad libre de humos, como se propone?
Entre comillas. Eliminar la presencia de los coches es imposible. Se trata de ser racionales con su uso. Si la abuela se pone enferma, tendrás que llevarla en tu vehículo al hospital o habrá que llamar a una ambulancia. Se trata, como decía, de acabar con el abuso y ser conscientes de que en trayectos cortos hay otras opciones antes que el vehículo privado. No obstante, lo que hace años nos parecía imposible ahora es realidad, como la presencia cada vez más creciente de las bicicletas, así que dentro de unos años será realidad lo que ahora nos parece una utopía.
Por cierto, ¿considera que las administraciones se creen realmente esto de la sostenibilidad?
Los políticos toman medidas cortoplacistas, de tres o cuatro años, teniendo en cuenta la rentabilidad que les puede suponer de cara a las elecciones. En China, como no existe lo de la democracia, aunque suene a burrada esto que digo, se están realizando planteamientos con un horizonte mucho más lejano. Pero aquí... Aquí prima qué pasará en las próximas elecciones.
Entonces retos conseguidos hasta ahora, como que Vitoria sea un referente en movilidad ciclista, ¿es un triunfo del ciudadano con el que el político se pone la medalla?
Es, principalmente, un triunfo de la sociedad. Es que las instituciones... Hay mucho de marketing, de interés político. No obstante, es cierto que se está produciendo un cambio necesario en el modelo de movilidad de la ciudad. Y vamos a conseguir cosas que ahora mismo nos pueden parecer impensables.
¿Como la perfecta convivencia entre ciclistas y coches?
Con educación y con información es posible. Ahora ya hay bastante información, y lo que hay que conseguir es que se haga uso de ella.