Vitoria. "Me he quedado muy sorprendido. Resulta que las personas del 010 que vienen al turno popular (del Ayuntamiento) y que en algunos medios de comunicación salen contando una historia personal llorando (...) pertenecen a los sindicatos. Y esas personas saben desde el principio que se quedan seguro".
El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, se refirió ayer de esta forma a las portavoces de los servicios de atención ciudadana que han comparecido en diversas ocasiones ante los grupos para exigir que se mantengan sus 40 puestos de trabajo -en el teléfono 010, la oficina municipal de Olaguíbel y los centros cívicos-, dependientes de una subcontrata y que se reducirían con un proyecto del PP que pretende que oficiales de control de la red cívica asuman sus funciones. Estos ajustes han llevado a las empleadas a la huelga.
Preguntado sobre esta cuestión en conferencia de prensa y sobre las críticas de los grupos de la oposición, que han exigido que no se destruya el empleo que depende del Ayuntamiento, Maroto insistió en que los servicios de 010 y Olaguíbel se mantendrán, por lo que la reducción afecta a veinte personas, y que "no tiene sentido que en una ventanilla de un centro cívico haya dos personas cuando una misma persona puede hacer el trabajo. Y bien hecho".
Acto seguido, el alcalde cargó contra las portavoces porque, según subrayó, serán "las últimas en dejar la empresa". Estas palabras provocaron las críticas, a través de las redes sociales, tanto de varias de las trabajadoras como de concejales de grupos municipales como PSE o Bildu, que consideraron que las palabras del alcalde fueron "indecentes".