Vitoria. ¿Afectarán los recortes del Gobierno Vasco al tranvía? ¿Extenderá Vitoria el metro ligero o se decantará por otro tipo de transporte público menos costoso? ¿Queda invalidada la ampliación hacia el Este propuesta por Maroto con la salida de los socialistas y la llegada de los jeltzales a Lakua? ¿Se decantará el PNV de Gasteiz por otro recorrido distinto al planteado por el alcalde?

La respuesta a estas preguntas ha quedado en el aire tras el cambio de poderes en el Gobierno Vasco, y habrá que esperar hasta que pase el puente de diciembre para que los nuevos consejeros tomen posesión de su cargo. La salida de los socialistas y la entrada del equipo de Iñigo Urkullu hace que el Ayuntamiento tenga que negociar de nuevo el futuro del tranvía en Vitoria. Una apuesta hasta ahora segura que la crisis de las instituciones puede dejar en la cuerda floja. El metro ligero es un medio de transporte rápido, eficaz y sostenible, pero caro, más en un momento de recorte en infraestructuras y de tijeretazo a las inversiones. Aunque no será éste el primer asunto que los jeltzales pongan sobre la mesa del nuevo Gobierno Vasco, sin duda es de interés para los ciudadanos de Gasteiz a quienes, primero el gobierno de Lazcoz, y luego el de Maroto, han prometido nuevos recorridos.

El exalcalde socialista apostó por Mendizorroza y las universidades, por la ampliación del metro ligero hacia el sur de la ciudad, pero no pudo ser. Maroto desechó este itinerario para que los técnicos se centrasen en la prolongación del tranvía por el Este, hacia Zaramaga por Los Herrán -puesto que su idea es hacer de esta calle un bulevar verde integrado en el Anillo Verde Interior, pero sin llegar a los miles de personas que viven en Salburua.

Sin embargo, cuando el alcalde anunció en marzo su propuesta de ampliación del tranvía por el Este, el PNV ya criticó que lanzase su petición al Gobierno Vasco sin acordarlo con nadie, salvo con él mismo. Además, entrando más al detalle, al equipo de Gorka Urtaran no le parece una buena propuesta. De hecho, los jeltzales tienen la suya propia, un itinerario en el que los raíles del tranvía llegan hasta Salburua, con los mismos metros de vías -dicen-, esto es, sin coste adicional por extenderlo hasta cubrir el nuevo barrio. En cualquier caso, los nacionalistas están a la espera de que el nuevo consejero de Transportes aterrice en el ejecutivo de Urkullu para conocer sus intenciones. Aunque, a la vista de la merma que sufrirán los presupuestos vascos, el PNV no ve mal estudiar otras alternativas al tranvía, de las que, por cierto, ya habla el Plan de Movilidad Sostenible elaborado por la Agencia de Ecología Urbana para Vitoria.

Un ejemplo son los BRT o autobuses rápidos (Bus Rapid Transit). Su ventaja es el bajo coste en infraestructuras, no haría falta plataforma, como requiere el tranvía. Brasil, Colombia, México, EEUU y Canadá son algunos de los países que han optado por este sistema, menos implantado en Europa. Otro medio alternativo al tranvía es el tren-tran, una mezcla entre tren y tranvía, que combina lo mejor de ambos; aunque la infraestructura es más costosa que en los BRT. En cualquier caso, la futura ampliación del tranvía sigue sin concretarse y todo indica que va para largo. La próxima parada no estará ni en el sur ni en el este, sino en el nuevo Gobierno Vasco.