Vitoria. Y al final el guión se cumplió como estaba previsto: el alcalde dejó sobre la mesa la elección del Síndico y la oposición se emplazó a nuevos encuentros para tratar de poner sobre la mesa un candidato alternativo al del PP que poner al frente de la Sindicatura. No obstante, Javier Maroto apremió a sus compañeros de Corporación a resolver cuanto antes el futuro del personal que comparte despacho con el defensor vecinal, Javier Otaola, ya que su contrato se acaba este mes.

Estaba previsto que el Ayuntamiento nombrara ayer un nuevo Síndico para Vitoria. Era el punto número 11 del maratoniano Pleno, pero ni siquiera llegó a debatirse. Anteriormente, el alcalde ya había acordado con los portavoces de PNV, PSE y Bildu que el asunto quedaría sobre la mesa por falta de un candidato que cuente con el beneplácito de todos los partidos.

De momento, no lo hay; y aunque nadie quiere zanjar el tema, todo indica que se irá posponiendo, puesto que ninguno de los partidos muestra excesivo interés por mantener esta figura que durante una década se ha encargado de mediar entre el Ayuntamiento y los vecinos cuando los intereses de ambos han sido contrarios. El letrado Javier Otaola es quien ha liderado la Sindicatura de Gasteiz. Si desaparece, el Ararteko asumirá su labor. Y es que la figura del defensor vecinal está más en la cuerda floja que nunca.

El final del mandato de Otaola llega en el peor momento, en plena crisis y con las arcas municipales secas. La candidata de Maroto, la secretaria del Pleno, Idoia Martínez Peñalva no tiene el respaldo de la oposición. Y los nombres puestos sobre la mesa por PNV, PSE y Bildu tampoco han obtenido el consenso deseado. Además, el alcalde ya ha manifestado que no contratará a nadie de fuera del Ayuntamiento para este puesto, lo que obliga a que sea un funcionario de la casa, con la preparación adecuada y dispuesto a asumir el reto.

El nombramiento del defensor vecinal requiere el respaldo de las tres quintas partes de la Corporación municipal, aunque todos los partidos han declarado en reiteradas ocasiones que lo ideal sería un acuerdo por unanimidad para que su figura no se vea salpicada ya desde el principio por los vaivenes políticos.

Quejas ciudadanas La última memoria presentada a finales de septiembre por el Síndico revela que las reclamaciones ciudadanas han aumentado en el último curso con respecto al anterior. Desde el 1 de marzo de 2011 hasta el 28 de febrero de 2012, la oficina del defensor vecinal ha atendido 3.614 incidencias, 1.090 más que en la memoria pasada. Son 257 expedientes, de los que 46 aún permanecen abiertos.

Llama la atención que sólo el 49% de las recomendaciones de Otaola hayan sido aceptadas por el Ayuntamiento. Esto significa que prácticamente en tres de cada diez expedientes se desconoce la respuesta del gobierno municipal. Ésta es una de las quejas que tradicionalmente se ha hecho a la labor de la Sindicatura, al no ser de obligado cumplimiento, el gobierno municipal no hace caso. Por barrios, Casco Viejo, Ensanche y Lakua-Arriaga son quienes lideran las reclamaciones presentadas ante el defensor vecinal.