Vitoria. El gabinete Maroto prevé contar desde diciembre con un servicio específico de limpieza de las rampas mecánicas del Casco Viejo. La suciedad que a menudo acumulan estos cristales del cantón de la Soledad y el de San Francisco Javier, con pegatinas, cristales y otros desperdicios, ha obligado al departamento municipal de Promoción Económica a buscar un cuidado más periódico. Hasta ahora, estas labores las realizaba FCC de forma puntual y el objetivo es que, desde diciembre se cuente con este nuevo contrato en el que ahora se trabaja.
Éste es el compromiso del equipo de gobierno, que quiere incluir en esa contratación una serie de cláusulas sociales para que así estos trabajos puedan ser realizados por personas en riesgo de exclusión social. Hasta entonces, el cuidado de estos elementos sigue a cargo del servicio municipal de Limpieza, aunque a menudo se han tenido que realizar operativos de limpieza puntuales -de los que se ocupan los equipos de limpieza de pintadas- dada la suciedad que acumulaban los cristales que protegen estos tapices.
Durante este ejercicio, por ejemplo, según precisan fuentes municipales, se han llevado a cabo hasta cuatro de estas operaciones: en enero, abril, julio -para mejorar el aspecto de las escaleras de cara a las fiestas de La Blanca- y, por último, a mediados de septiembre. Poco antes de este último repaso, este rotativo ya había mostrado a finales de agosto que el estado de los cristales no era el adecuado, ya que la suciedad se había vuelto a incrustar en unos cristales que presentaban restos de pegatinas, botellas rotas, hojas y otros residuos, además de presentar rallas y roturas. Un panorama complicado para estos accesos a la parte alta de la colina.
La limpieza de estos elementos primero dependió de la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica y, después, pasó a contar con una partida específica en el área de Promoción Económica. La solución final parece pasar, por fin, porque estas labores no se encarguen puntualmente a FCC, sino que dependan de un contrato específico dentro del área mencionada. Aún no se ha precisado el importe al que ascenderán estos trabajos.
El cuidado de los cristales, que a menudo se han roto por actos vandálicos pero que también acumulan basura, es una de las razones que se tuvieron en cuenta para que las nuevas rampas proyectadas en el cantón del Seminario, las terceras del barrio, carezcan de cubierta. El coste al final ha pesado más que las dudas sobre la estética de las rampas.