Vitoria. El gabinete Maroto puso ayer sobre la mesa su propuesta de ordenanzas fiscales para el próximo año. El fondo fue mal recibido por los tres grupos de la oposición, pero más todavía las formas. Porque lo que hace unas semanas parecía un imposible, que se conocieran los nuevos precios públicos, tasas e impuestos, se hizo realidad ayer. Con urgencia. Y poco después de un resultado electoral que no ha sido el esperado para el PP en general en Álava y para el alcalde, número dos en el territorio, en particular. La oposición ayer hablaba del interés por pasar página en esta presentación apresurada: "Ha pensado en su partido y no en la ciudad" (Gorka Urtaran, PNV). "Lo ha presentado sólo cuando se ha quedado sin excusas" (Patxi Lazcoz, PSE). "¿Qué ha cambiado de hace una semana a otra? Las elecciones" (Antxon Belakortu, Bildu).

Esta propuesta del PP de nuevas tasas, que pasa por una subida de los precios de los cursos en los centros cívicos, generó rechazo entre la oposición. Pero sólo Bildu se centró en este tema. Belakortu acusó al equipo de gobierno de querer hacer pagar la crisis a los usuarios de la red cívica, al ciudadano medio por así decirlo, y no por cargar la presión fiscal a "los más poderosos", vía por ejemplo Impuesto de Actividades Económicas. Y porque la falta de ingresos ahora augura que después "usarán la motosierra".

Esta filosofía, según la oposición, es la que ha llevado a Maroto a retrasar la presentación de su propuesta hasta después de las elecciones. Los partidos sugieren que se guardó en un cajón del que se ha sacado para que ya no se hable tanto del resultado electoral. Y de ahí la tensión que acompañó a esta comparecencia.

La Junta de Gobierno se reunió sobre las 11.00 horas para tramitar la propuesta, apenas una hora antes del inicio de la reunión del Consejo Vasco de Finanzas, una cita clave para conocer el dinero con el que contará Vitoria y el argumento oficial para que se haya esperado a presentar las nuevas ordenanzas fiscales. Y, según el calendario aprobado ayer, la votación está prevista para el próximo 28 de diciembre. Casi sobre la bocina.

Los grupos iban a conocer las sugerencias del gabinete a las 12.00 horas, en una comisión urgente de Hacienda, pero la reunión se retrasó hasta las 13.20. La presidenta del foro, la socialista Maite Berrocal, lamentó la falta de seriedad del PP por "apurar los plazos hasta el límite" y por haber dado a conocer antes su paquete de medidas a los medios de comunicación. De ahí que, cuando compareció el concejal de Hacienda, el popular Manu Uriarte, el ambiente no fuera el idóneo. No hubo mucho debate sobre el contenido. El portavoz socialista, Patxi Lazcoz, acusó al ejecutivo local de realizar una "puesta en escena" cuando "decía que no podía presentar las ordenanzas". "Ahora es una urgencia basada en una mentira", censuró.

Uriarte defendió en todo momento que la presentación de los presupuestos, sin conocer los de Gobierno Vasco o la Diputación, es un imposible. Porque no pueden plantearse si, por ejemplo, "no sabemos si vamos a cobrar el canon de capitalidad, que son cinco millones".

Las explicaciones no contentaron a los grupos, lo que complica un posible acuerdo. El PNV, que cerró un pacto de legislatura para inversiones en zonas como los nuevos barrios, anticipó esta dificultad, la de pactar unos ingresos cuando no se habla de los gastos a los que se destinarán. El concejal Borja Belandia preguntó si el modelo del PP será acudir a una nueva prórroga presupuestaria y afirmó: "No sé con quién pueden llegar a acuerdos. Lo veo complicado".