Vitoria. Cuando anochece, la fachada de la Casa Consistorial se ilumina de verde. Es un guiño, uno de tantos, al título que Vitoria ostenta desde enero, el de la European Green Capital. Obtenerlo supuso para los grupos políticos una sensación compartida de alegría. Al vivirlo, sin embargo, oposición y Gobierno han roto peras. Y cuanto más acaricia Gasteiz el final de su reinado, más arrecian las críticas contra la manera en que el Gabinete de Javier Maroto ha gestionado este reconocimiento. Se acaba el tiempo y se consolida la opinión de que el Ayuntamiento ha perdido la oportunidad de aprovechar esta corona en acciones que mejoren el entorno urbano y sensibilicen a los ciudadanos, arrastrado por un descarado marketing político que antepone el desarrollo de proyectos de partido.

La última actividad, una greenkana familiar que ha costado 246 euros por persona, ha indignado a la oposición. Y eso que dentro de esta bancada también hay diferencias sobre la manera de exprimir la Green Capital. Mientras el PSE ha destacado mucho la proyección internacional que el título ofrecía a Vitoria, el PNV y Bildu han priorizado un impacto más doméstico. Con todo, al valorar la gestión de Maroto, las tres formaciones coinciden en su frustración. La unidad de la que el Ayuntamiento gasteiztarra hizo gala en la recogida del premio en Estocolmo se ha desmoronado en estos meses, poco a poco, como consecuencia de una gestión en la que no han participado y que, a juicio de estos grupos, se ha basado más en parecer un Consistorio verde que en realmente serlo.

"La declaración del alcalde diciendo que éste es un premio para todas y todos está en contradicción con las actuaciones de su Gobierno, que se han significado por su carácter unilateral y carente del consenso necesario. El Anillo Verde Interior, la plaza Green Capital... Son algunos ejemplos evidentes de la prioridad que el PP ha dado a sus proyectos de partido", subraya el concejal del PNV Álvaro Iturritxa. Para el grupo nacionalista, el balance del reinado green es "decepcionante". Y no sólo por este motivo. El edil también critica el "oscurantismo" de los convenios firmados con empresas asociadas o esponsorizadas de la Green Capital, "hasta el punto de negar el papel de control al Ejecutivo por parte de los grupos políticos", lamenta el "fiasco" de algunas de las actividades programadas y el "marketing imperante en la mayoría de ellas" y se queja del nulo desarrollo de las iniciativas propuestas por la oposición. Los nacionalistas, en concreto, presentaron diez. Y nunca más se supo de ellas.

La negativa valoración del efecto green por parte de los profesionales de la hostelería de la ciudad supone, a juicio de Iturritxa, "la guinda de un pastel que se ha desinflado antes de sacarlo del horno y que nos está dejando una amarga sensación de oportunidad perdida". El PNV se refiere a "la oportunidad de corregir los errores cometidos y profundizar en las políticas de sostenibilidad", como habían deseado todos los grupos a comienzos de año, en una de esas fotos de familia feliz que difícilmente volverá a captarse.

El PSE prefiere esperar a final de año para valorar el desarrollo del programa en sí, pero no duda en destacar ya algunas de las acciones que no le han gustado. "Que nos hayamos gastado la barbaridad de más de 100.000 euros en una greenkana que surgió como acto promocional de la ciudad y que al final se ha quedado reducida a una actividad doméstica, la supresión o el aplazamiento de la noche green o que hayamos desembolsado un montón de dinero en una exposición, la del Europa, que no está captando la atención ni de visitantes foráneos ni locales", enumera el grupo socialista.

Tal vez esta lista negra no le dolería tanto si el PP hubiera actuado "como un Gobierno green" en el ámbito medioambiental. "Maroto ha arrancado musgo de las turberas protegidas de Chile, ha paralizado el programa de bicicleta pública de alquiler, ha recuperado los herbicidas tóxicos y ahora se ha propuesto privatizar un bien público y escaso como es el agua", advierte. Con este curriculum de polémicas acciones, "por ahora luce más el negro que el verde en la gestión que el Gobierno está realizando", afirma el PSE.

Las iniciativas que Bildu propuso para enriquecer el programa de la Green Capital siguen guardadas en algún cajón. El portavoz de la coalición abertzale, Kike Fernández de Pinedo, lamenta que el PP haya entendido la capitalidad verde "como una operación de puro marketing, de venta de ciudad, con la finalidad de atraer visitantes, descuidando la interesantísima opción que el galardón brinda de avanzar en aspectos concretos que la ciudadanía puede utilizar para vivir en una cada vez mejor sintonía con el medio ambiente". No, no es que le parezca mal que se firmen convenios y colaboraciones con diversas empresas que reporten financiación, que se anuncie Gasteiz y vengan más visitantes, pero estas medidas tienen fecha de caducidad "mientras que los que residimos aquí somos los que tenemos que procurar un entorno mejor".

Si la gestión del galardón no le gusta, tampoco puede aplaudir la forma en que el equipo de gobierno ha afrontado la cotidianeidad verde de la ciudad este año. "Como hemos denunciado en múltiples ocasiones este año, antes y ahora sigue habiendo muchas cosas que se pueden hacer mejor, como el tratamiento de basuras, el reciclaje, el funcionamiento del vertedero y de la planta de tratamiento de Jundiz...", concreta Fernández de Pinedo, para quien el perfecto ejemplo de la "deficiente" labor del PP en este campo es que en pleno reinado green se ha suspendido sine die el sistema público de préstamo de bicicletas. Y eso que, curiosamente, fue uno de los platos fuertes de la candidatura de Gasteiz al reconocimiento europeo.

y las asociaciones... La oposición no se muerde la lengua, pero fuera de la Casa Consistorial las críticas valoraciones de los grupos ecologistas tampoco se quedan cortas. Llevan todo el reinado poniendo el grito en el cielo. Recientemente, Eguzki ha denunciado el "uso torticero" que el Ayuntamiento de Vitoria está realizando de la capitalidad verde con medidas dirigidas "al turismo de postal, a la exención fiscal y a fastos sin contenido socio-ambiental", que conllevan un "gran derroche energético y económico".

La asociación Ekologistak Martxan, por su parte, hace tiempo que reconoció sentirse defraudada. Su portavoz, Andrés Illana, que viajó con los representantes políticos municipales a Estocolmo, asegura que el equipo de gobierno ha dejado de lado a estos movimientos cuando ha llegado el momento de gestionar el título y de emprender acciones en el ámbito de la sostenibilidad. Ilusiones fundidas que ninguna bombilla, aunque sean las de bajo consumo de la fachada del Ayuntamiento, puede revivir.

l Reinan los visitantes. Durante su reinado como Green Capital, Vitoria está atrayendo más turistas. Los grupos políticos de la oposición aplauden el incremento de visitas, pero lamentan que el título "no se traduzca" en acciones que ayuden a los de casa a mejorar su entorno.