vitoria. No es la estación que todos quieren, pero es la que Vitoria tendrá. El PP y Bildu sumaron ayer sus votos en la Comisión de Urbanismo para salvar el último trámite administrativo y dar el pistoletazo de inicio a las obras de la futura terminal de autobuses de Euskaltzaindia. Tras la adjudicación de los trabajos el día anterior en la mesa de contratación de Ensanche 21, ya sólo quedaba aprobar la modificación del Plan de Ordenación Urbana para que el suelo de la plaza, hasta ahora de uso cultural, pudiera alojar este equipamiento. Y así se hizo. Ahora, es cuestión de semanas que los trabajos comiencen. "Antes de fin de año", reiteró el equipo de gobierno.

Si las obras siguen el curso previsto, Vitoria estrenará estación en invierno de 2014. Será en superficie, con 25 dársenas, y estará dispuesta transversalmente al bulevar de Euskal Herria. Los autobuses accederán por la calle Donostia, a través de un carril de entrada y otro de salida, y los viajeros lo harán por Rafael Alberti, arteria donde también estará la parada de taxis. El complejo incluirá un edificio protegido por una gran cubierta plegada de casi quince metros de altura, con vestíbulo, taquillas, aseos, cafetería y restaurante. Y justo debajo operará el aparcamiento subterráneo, con 307 plazas para coches, 8 motos y 86 bicis. Un gran garaje regado por luz natural gracias a la apertura en los flancos norte y sur de unos patios ingleses que estarán tapizados con vegetación y conectados con la calle.

En total, la infraestructura ocupará 15.600 metros cuadrados. El fin, a lo grande, de los veinte años de provisionalidad de la estación de Los Herrán, que apenas supera los 670, con un presupuesto inferior al estimado al comienzo del proyecto. Finalmente ha costado 18,5 millones de euros, un 41% menos que el precio de licitación. De esa cantidad el Consistorio sólo pone 2, la Diputación alavesa asume 2,5 y el Gobierno Vasco aporta 14. Y, además, puede que a la larga el Ayuntamiento acabe recuperando su desembolso, o eso dice el equipo de gobierno. Su previsión es que la gestión del aparcamiento subterráneo permita recuperar la inversión municipal.

"Es la mejor estación posible para Vitoria", subrayó ayer el concejal de Urbanismo, Miguel Garnica. El socio del PP en este proyecto, Bildu, no se atreve a decir tanto. Sin embargo, la coalición abertzale tiene muy claro que el parque de Arriaga, emplazamiento del anterior proyecto, era intocable -aunque se tocara poco-. Y también está convencido de que había que paralizar el BAI Center, proyecto estrella del anterior gobierno socialista que se ubicaba donde ahora irá esta estación.

Mientras el gabinete Maroto se congratulaba por una día histórico, el PNV y el PSE se lamentaban. Ambos grupos expusieron que la terminal de Euskaltzaindia no garantizará la intermodalidad -se haga o no algún día la estación de trenes frente al parque de Arriaga- y pondrá en jaque el devenir de Vitoria. "Han aprobado un proyecto que deja la estación de autobuses en una punta y la de trenes en otra. ¿A largo plazo? Espero que no tengamos que lamentarlo en diez años", subrayó el portavoz jeltzale, Gorka Urtaran. Más vehemente, el socialista Patxi Lazcoz sostuvo que el acuerdo del PP y Bildu es una decisión "alocada e irresponsable que hipotecará el futuro de la ciudad".

En sus informes, el Gobierno Vaco también ha alertado de la ausencia de intermodalidad y de posibles afecciones medioambientales por la ubicación de la estación junto a arterias con mucho tráfico. Críticas que el gabinete Maroto ha rechazado, con sus propios estudios, de plano. El propio alcalde no dudaba en felicitarse ayer a través de las redes sociales: "¡Por fin! Después de veinte años y cuatro alcaldes, Vitoria tendrá una estación de autobuses definitiva y de calidad".