Vitoria. La decisión de castigar a los vitorianos que mantienen una vivienda vacía con una recarga extra de 260 euros en la tasa de basuras ya ha hecho aguas. PP, PSE y Bildu se equivocaron al aprobar el gravamen considerando como pisos desocupados aquellos donde no hay nadie empadronado. Desde el 30 de agosto, día en que el Ayuntamiento empezó a girar el recibo envenenado, alrededor de un centenar de ciudadanos ha presentado alegaciones porque sus casas sí que están habitadas, aunque no haya nadie registrado en ellas. Un despropósito que ahora el equipo de gobierno está tratando de subsanar, estudiando cada uno de los casos.

El gabinete Maroto admitió ayer que están llegando reclamaciones "todos los días". Algunas responden a viviendas recién compradas cuyos dueños no habían llegado a empadronarse el 1 de enero, fecha que se tomó como referencia para hacer la discriminación entre pisos vacíos y ocupados. Otras protestas proceden de ciudadanos que tienen sus pisos alquilados a estudiantes, trabajadores o empresas que no están inscritos en esa dirección, así como de personas que tienen casas en pueblos del municipio que utilizan parte de la semana. La casuística es variada, pero sólo cabe una conclusión: pese a las buenas intenciones, la manera acordada para gravar las viviendas vacías está haciendo pagar a justos por pecadores. Por eso, el gobierno está dispuesto a replantearla.

"Estamos abiertos a darle una vuelta a cómo tributar esta tasa y con qué requisitos en el próximo debate de ordenanzas fiscales", aseguró ayer, como portavoz del gobierno, la edil Ainhoa Domaica. Quien ya tiene claro cómo debería hacerse es el PNV, el único partido que votó en contra, en su momento, de utilizar la variable del padrón para recargar la tasa de basuras a los pisos vacíos y propuso utilizar como referencia el consumo de agua al considerar que era más exacta. "El Ayuntamiento ha aplicado los 260 euros a las 12.253 viviendas en las que no había ninguna persona empadronada el 1 de enero de este año, a pesar de que 8.299 de ellas tienen consumos de agua que justifican su ocupación", denunció ayer el portavoz nacionalista, Gorka Urtaran. Sin embargo, hay 10.800 domicilios donde no se llega a un gasto de 5 metros cúbicos de agua pero que no han sufrido la subida extra porque tienen a alguien inscrito allí de forma ficticia.

"La utilización de la variable del padrón es injusta, inexacta e irresponsable", criticó Urtaran. Además, desde un punto de vista recaudatorio -a la par que ecuánime-, el PNV asegura que al Consistorio le sale mucho mejor fijarse en los consumos de agua. Según sus cálculos, con la tasa de basuras acordada por la mayoría municipal se preveía ingresar casi 3,2 millones de euros, pero 2,1 procederían de viviendas con consumos de agua, mientras se dejan de ingresar 2,8 millones de euros por parte de aquellos propietarios que, a tenor de la base de datos de Amvisa, sí que tienen sus viviendas vacías.

El PNV animó a los ciudadanos que hayan recibido el giro y tengan sus pisos habitados a "presentar reclamaciones en la oficina de atención al ciudadano o en la del contribuyente" con recibos de agua y luz o contratos de alquiler para que se les puedan devolver los 260 euros. También para los demás grupos municipales tuvo un mensaje. Al PSE y Bildu, promotores originales de la idea de subir la tasa de basuras a los pisos en función del padrón, les responsabilizó de la situación por "usar un discurso demagógico para ver quién está más a la izquierda". Al gobierno, le culpó de no haber evitado el resultado por conveniencia. A su juicio, la alianza socialista-abertzale para frenar ciertos incrementos previstos por el PP obligó a este partido a "hacer un cálculo matemático" y dejar que la medida siguiera adelante.

El gabinete Maroto trató de justificarse recordando que su borrador de ordenanzas fiscales contemplaba subidas en la tasa de basuras vinculadas al gasto de agua, lo que habría permitido "detectar y castigar a las viviendas vacías". Sin embargo, "la oposición votó en contra, incluido el PNV", recordó Domaica. Una explicación que, en cualquier caso, no explica la abstención del gobierno al votar la medida impulsada por PSE y Bildu. Si hubiera dicho no o cambiado la definición, como solicitaban los nacionalistas, el escenario actual sería diferente. En cualquier caso, ahora el gobierno está dispuesto a buscar soluciones.

"Hay que pensar más y actuar con menos precipitación para evitar nuevos problemas", consideró Domaica. Su partido baraja ya otras fórmulas e incluso se plantea volver a presentar su propuesta de vincular la tasa de basuras al gasto de agua.