Vitoria. Luis Cuena se desplazó el viernes a Vitoria para participar en la Universidad Verde de Verano, una serie de ponencias medioambientales organizadas por la fundación Equo, con la colaboración del Ayuntamiento. Lo hizo en coche desde Cantabria, donde vive a caballo con Madrid. "Pero era coche compartido, eh", matiza con el orgullo de quien lleva ya más de siete años especializado, dentro del sindicato Comisiones Obreras, en materia de medio ambiente, energía y transporte sostenible. Cuena, que precisamente habló en el Palacio Europa sobre la necesidad de desplazarnos por la ciudad de otra forma, opina sobre la apuesta de Vitoria por el transporte público, los retos que afrontan las ciudades en cuestiones de movilidad y cómo el peatón puede ganar la batalla al coche.
¿Cuál cree que es el mejor medio de transporte para moverse en la actualidad por una ciudad?
En una ciudad de las dimensiones de Vitoria, sin ninguna duda, a pie o en bicicleta. Creo que hay una costumbre de caminar en este tipo de ciudades, y eso está muy bien. Sí es verdad que los ciudadanos notan más cuando no se puede acudir a pie a un destino que cuando sí pueden hacerlo.
Todavía el coche manda en el diseño de muchas ciudades.
No sé si manda el coche en las ciudades o en sus gestores. Creo que hay que tener bien sujeto al coche. A veces sorprende ver los pasos subterráneos que se han creado para que un viandante pueda cruzar de un lado a otro. Oiga, si yo voy a pie, ¿por qué tengo que dar este rodeo?
Parece que ahora, como en Vitoria, se apuesta por devolver el centro de las ciudades al peatón.
Pero aún hay ayuntamientos que llevan a gala, en los accesos a sus ciudades, el número de plazas libres para aparcar que hay disponibles en el centro. Incluso hablan de ello como si fuera movilidad sostenible, pero debería apostarse por crear aparcamientos disuasorios, y que los viajeros pudieran desplazarse hasta el centro en otros medios. Lo contrario es hacer una ciudad inhabitable.
¿Qué diría a quien se plantea coger el coche para ir a comprar el pan?
En fin... (risas). Le diría que tiene suerte de vivir en el primer mundo.
¿Usted cómo se mueve por la ciudad?
Me toca bastante parte del año vivir en Madrid y para acudir a trabajar me muevo en transporte público.
A pesar de las aglomeraciones, los retrasos, las prisas...
Puede haber problemas, pero no tienen ni punto de comparación con un atasco.
Vitoria vive desde 2006 una revolución en el transporte público, a raíz de la aplicación de su Plan de Movilidad Sostenible.
Visité Vitoria en julio de 2010 para conocer su modelo de movilidad. Conocimos su apuesta por el transporte público, con el tranvía, la bici pública y el cambio que supuso el rediseño de las paradas y las líneas de autobús. Nos llamó la atención que se aplicara en un sólo día, de la noche a la mañana.
El Ayuntamiento reconoció entonces que ese cambio generaría un caos al que la ciudad poco a poco se acostumbraría. Eso pone en evidencia la importancia del transporte público en el día a día de muchos ciudadanos.
Un informe realizado por la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO habla de tres referentes de Europa, y uno de ellos es Vitoria. Lo de la Green Capital no es una casualidad, sino algo muy merecido. La ciudad y sus gestores deberían estar orgullosos.
A veces en Vitoria hay el miedo a que nos estemos tirando demasiadas flores.
Todo es mejorable y queda mucho por hacer, eso parece evidente. No debemos quedarnos con lo que tenemos. Pero Vitoria es un referente, y no sólo estatal sino europeo. Un elemento clave para ello fue el consenso que hubo con diferentes equipos de gobierno. Esa sintonía resulta fundamental para no desmontar este proyecto, al igual que el planteamiento urbanístico de la ciudad durante décadas. Creo que el 92% de los ciudadanos de Vitoria trabaja en la propia ciudad, no tiene que salir, y eso resulta vital.
La fortuna en Vitoria es no tener que plantearse que hay una hora de viaje hasta llegar al puesto de trabajo.
En eso influye mucho el urbanismo de las ciudades. Vitoria no tiene pueblos que hayan crecido demasiado y que sirvan como zonas dormitorio, algo que al final crea ruido, contaminación, barreras... El coche puede usarse, pero de una manera racional.
¿Sólo se puede lograr un transporte eficiente y sostenible entonces en ciudades de tamaño medio o, incluso, más pequeño?
Hay ciudades grandes, como Munich o Berlín, donde desde hace tiempo se trabaja muy bien en cuestiones de transporte. No hay que limitarse a ciudades de tamaño medio. Ojalá otras urbes, como Madrid, se fijaran en modelos como el de Berlín. Pero eso también es una cuestión de voluntad política.