Vitoria. La fundación Equo, que agrupa a diversos colectivos ecologistas, celebrará entre hoy y el domingo en Vitoria su cuarta Universidad verde de verano. La capital alavesa toma el relevo de Huesca, Leire (Navarra) y Madrid como sede de este foro. Una de las cabezas visibles de Equo, el donostiarra Juan López de Uralde, analiza la actualidad verde, desde la indignación con la clase política a su reciente indemnización tras haberse movilizado, como parte de Greenpeace, durante la Cumbre Climática Mundial de 2009 en Copenhague. Entonces enseñó una pancarta en la que se leía:Los políticos hablan, los líderes actúan. La consigna sigue viva.

La Universidad verde de verano llega esta vez a Vitoria. ¿Por qué?

Es un encuentro que organizamos cada año desde el movimiento verde español, y es un foro para la reflexión en profundidad sobre muchos temas de actualidad. ¿Y por qué hemos elegido Vitoria? Porque es la capital verde europea y el lugar más atractivo para una cita así.

¿En el resto del Estado se conoce que Vitoria ostenta este título?

Igual no es un tema tan conocido fuera de Vitoria. Suele pasar que estas cuestiones se quedan en el ámbito local. Pero lo que sí es muy conocido es que Vitoria ha apostado, desde la época de José Ángel Cuerda [López de Uralde tiene “mucha familia alavesa” y afirma conocer “muy bien” Vitoria], por políticas medioambientales. Él fue el gran innovador. Apostó por una ciudad diferente, que ahora se nota en temas como el transporte o su calidad de vida.

¿Quien en su día apostaba por el verde era un iluminado y ahora el tiempo le ha dado la razón?

Efectivamente. Quien apostó por esas políticas acertó. La lucha ahora es intentar aprovechar esos ejemplos locales y pasar a la globalidad. La crisis puede ser una oportunidad para aplicar nuevas políticas, muy diferentes a las que ahora por ejemplo aplica el gobierno de Mariano Rajoy.

Una de esas medidas puede ser prolongar la vida de Garoña.

Que esta central nuclear siga abierta es un legado, uno más, de las políticas del PP, que apuesta por la energía nuclear, y delPSOE, que pudo cerrar la central en 2011 y no tuvo el valor político de hacerlo.

¿Se la imagina cerrada?

Creo que se cerrará más temprano que tarde. Por seguridad, no puede seguir funcionando.

Hablaba de las decisiones PP/PSOE. ¿Este tipo de decisiones son las que justifican el nacimiento de Equo?

Evidentemente. Si los partidos, sobre todo los de izquierda, se hubieran tomado en serio el factor medioambiental, Equo no existiría.

Parece que optarán en solitario a estar en el Parlamento Vasco. ¿Usted no se veía en la Cámara?

Bueno, veremos si se confirma esa postura. Tenemos un candidato a lehendakari, que es Aitor Urresti, que tiene todo mi apoyo y participaré en la campaña. No estaré en el Parlamento, pero espero que Aitor sí.

¿No añora participar en las protestas de Greenpeace?

Desde luego, soy un activista. Y creo que hay que sumar el activismo a la acción política, que se ha alejado del ciudadano. Pero quizá lo que más añoro son las campañas que hice en los barcos de Greenpeace. Fueron experiencias impactantes.

Usted y otros miembros de Greenpeace serán indemnizados por “privación abusiva de la libertad” tras su protesta en la Cumbre Climática Mundial de 2009 en Copenhague. Se habló de que podían pasar seis años en la cárcel y, ahora, por fin puede pasar página. ¿Volvería a hacerlo?

Sí. Dije entonces que volvería a hacerlo mil veces y lo mantengo.

Su frase, la que lució en esmoquin frente a los líderes políticos, al pedirles que no hablen y actúen, bien podría aplicarse ahora.

Si volvemos la mirada atrás, a una cumbre que necesitaba un acuerdo para frenar la degradación ambiental, vemos que los jefes de estado fracasaron. Demostraron estar en manos de grandes corporaciones, como ocurre ahora en España.