Vitoria. Bildu se gusta. Un año después de su entrada al Ayuntamiento de Vitoria, la coalición abertzale está convencida de que su activa presencia en la actividad municipal de Gasteiz "ha movido a todos hacia una ciudad más progresista, participativa y euskaldun". Y eso a pesar de que, a su juicio, la gestión en minoría del PP "ha provocado una quiebra de confianza de la ciudadanía hacia su institución más cercana, así como la destrucción de tres décadas de un modelo de ciudad que apostaba por los derechos sociales y la calidad de vida" de sus gentes. El portavoz de la formación, Kike Fernández de Pinedo, no pudo evitar la crítica al gabinete Maroto antes de abordar su propio balance. El debate sobre el estado de la ciudad se acerca y es inevitable poner los puntos sobre las íes.

"Con aciertos y errores, tenemos un gran margen de mejora, la ilusión del primera día intacta y un año más de experiencia", aplaudió el líder de la coalición para, a continuación, entrar en harina. En políticas progresistas, Fernández de Pinedo destacó la introducción de la progresividad en tasas e impuestos, así como las propuestas para aumentar el ICIO y el IAE y gravar las viviendas vacías. En participación ciudadana, recordó la modificación del reglamento para que los consejos sectoriales y territoriales conozcan los números antes del debate presupuestario, la regularización de turnos populares, las múltiples reuniones celebradas con vecinos y el intento de consulta sobre la estación. Dentro de Urbanismo, subrayó el freno al BAIC, la denuncia de la mala planificación de los nuevos barrios y la desclasificación del sector 17. Y en Medio Ambiente, resaltó la solicitud de protección de los Montes de Vitoria, el no al fracking y sus propuestas green.

Se nota que Bildu ama el euskera, porque su uso ha aumentado en la vida institucional. Además, el grupo se ha afanado por defender los convenios con colectivos euskaltzales e impulsar el Antzokia.