Vitoria. La plataforma Euskaltzaindia Plaza Bizia se venía reuniendo desde febrero con la oposición para plantear la posibilidad de celebrar una consulta popular sobre la ubicación de la estación de autobuses. Sin embargo, el anuncio de Bildu del pasado 28 de mayo, en el que apostaba por dar a elegir entre la plaza de Euskaltzaindia y el parque de Arriaga, le pilló por sorpresa. El colectivo, contrario a la ubicación de la terminal en la zona antes barajada para el BAI Center, reconoce su sensación "agridulce" por una convocatoria con sólo dos emplazamientos, que no ha logrado el consenso de los grupos en su enunciado y que exige una participación, en su opinión, difícil de lograr. Que un 20% de los mayores de edad empadronados en Vitoria elija entre esas dos opciones le parece una cifra, cuando menos, ambiciosa. Cuando más, "casi inalcanzable". Pese a todo, una de las portavoces del colectivo, Ainhoa Etxeandia, anima a los ciudadanos a participar. A implicarse en la decisión de un asunto vital para la ciudad, y a hacerlo con toda la información posible.
La consulta sobre la estación sigue adelante. ¿Objetivo cumplido?
Es un objetivo cumplido a medias. Porque queríamos que se hiciera un proceso de participación ciudadana así, pero no estamos contentos con cómo se ha producido la decisión ni con su contenido. Nos hubiera gustado que la consulta popular hubiera tenido consenso entre la oposición en cuatro puntos fundamentales: cuántas ubicaciones se podrían elegir, cómo se mencionarían esas opciones, con qué tanto por cierto se considera que sería vinculante, y la fecha en que se celebraría.
No hay acuerdo sobre la fecha, pero se ha hablado de mediados de julio. Si fuera así, habría que mover a la ciudadanía en verano.
Cuando el PNV cedió para que no se eligiera entre tres ubicaciones y se optara entre dos, Bildu insistió en que su propuesta iba en bloque. O se acepta entera o no hay consulta. Por eso ésta no es la iniciativa que a nosotros nos hubiera gustado. La clave no es que salga la que quieras, sino que opine la ciudadanía.
¿Hay tiempo para movilizar a la ciudadanía y que participe un 20% de la población mayor de edad?
Es imposible llegar al 20%.
Entonces no será vinculante.
Igual es el objetivo que tienen Bildu y el Partido Popular.
¿Cuál es la parte positiva, entonces, de esta consulta?
Será la primera vez que tres partidos de la oposición apoyan una medida así. Estamos ante un precedente, una referencia a tener en cuenta para futuras consultas. Y esperamos que el ciudadano tome conciencia de que puede decidir asuntos de la ciudad que le competen. Cuando los políticos no se ponen de acuerdo, y está en juego el dinero de todos, creo que los ciudadanos tienen mucho que decir. Es muy cómodo alegar que ya voté y que, entonces, deben decidir los políticos.
El PP ya ha asegurado que se hará la estación de Euskaltzaindia.
Bueno, si lo dice con el mismo convencimiento con el que dijo que se haría en Arriaga... Imagino que forma parte de su campaña a favor de Euskaltzaindia.
¿Cuáles son las razones para oponerse a la ubicación de la estación en Euskaltzaindia?
Este proyecto nunca ha estado en un programa electoral. El alcalde decidió ubicar la estación aquí simplemente para tapar un agujero; un tema que, por cierto, ya está casi solventado. Su afección al tráfico es negativa, porque satura la rotonda de América Latina y ni siquiera el alcalde sabe por dónde entrarán los autobuses. También creemos que esta estación puede llegar a costar diez millones de euros más que Arriaga, y el parking, la razón que justifica este gasto, no tiene ningún estudio de viabilidad económica. No queremos un aparcamiento como el del Iradier Arena, deficitario. Y, en esta zona, el 100% de las viviendas tiene debajo un garaje.
Tal y como está planteada la consulta, decir no a Euskaltzaindia es decir sí a Arriaga.
Nosotros no somos vecinos insolidarios. Tenemos a 100 metros una estación y a 150 la otra. No hay patatas calientes que queramos pasar a otra zona, ni habrá enfrentamientos entre vecinos. Porque vivimos en torno a Euskaltzaindia, pero nuestros hijos juegan en el parque de Arriaga. Pero la ubicación en un punto o en otro cambia, por ejemplo, el panorama del tráfico.
¿Por qué prefieren Arriaga?
Nosotros siempre hemos dicho que no damos una ubicación, porque eso deben decirlo los técnicos. Y, con los informes en la mano de Gobierno Vasco y Diputación, Arriaga es una solución mejor. Los autobuses podrían acceder y salir de esa zona sin afectar a la rotonda de América Latina. Allí entrarían por vías principales, no por calles pequeñas como aquí. En Euskaltzaindia perderíamos la posibilidad de la intermodalidad. Y hay que tener en cuenta que el impacto sería en el 3,6% del parque, y la mayor parte es un parking. Habría que suprimir la rosaleda.
¿Por qué un proyecto que, evidentemente, es una necesidad como la estación de autobuses, al final, genera tanto debate?
Nuestra reflexión, después de siete meses de trabajo de la plataforma, es que el interés de los proyectos que han estado sobre la mesa ha sido partidista. No ha habido compromiso con la ciudad. Los políticos están a otra cosa, están a lo que llaman hacer política, que se aleja de lo que es el desarrollo de la ciudad.
¿La plataforma seguirá movilizándose tras la consulta -si se hace-?
Es vinculante y aceptaremos lo que se determine. Lo único que queremos es que se informe a todos los vecinos, que conozcan lo positivo y lo negativo de cada ubicación, que se les implique para lograr más conciencia ciudadana. Es un reto demostrar al alcalde que a 36.000 vitorianos les interesa este proyecto y que quieren la mejor estación para la ciudad.