EL Casco Viejo tiene en la mochila tantos planes de revitalización y modernización como gobiernos han pasado por la Alcaldía de Vitoria. Desde la era de Alonso, y después con Lazcoz, los vecinos han confiado en la llegada de una ansiada lluvia de millones, capaz de incentivar económicamente una zona tan histórica como olvidada, con dificultades para despegar. Ahora, con Maroto y la crisis en las arcas municipales, la situación se torna otra vez crítica para un barrio que no sale del bucle.

Precisamente, el PNV denunció ayer la suspensión de ayudas ya concedidas por la Agencia para la Revitalización del Centro Histórico para implantar negocios en el casco histórico, un ejemplo más de la "parálisis" que a su entender están ocasionando PP y Bildu en el barrio, con su decisión de hacer desaparecer la Arich. Para el concejal Borja Belandia, esto está generando situaciones límite para personas que habían decidido emprender una actividad económica contando con esa subvención y que ahora comprueban que la ayuda comprometida está en el aire.

Sin embargo, el gobierno de Maroto niega esta acusación. "Es falso", dice el edil Fernando Aránguiz, quien asegura que todo el dinero comprometido se está pagando. Eso sí, a partir de ahora, las ayudas van a continuar bajo otro régimen, ya que el gabinete popular está reestructurando las bases para la concesión de nuevas subvenciones.

Para el grupo jeltzale, en cambio, "suspender de golpe estos compromisos es un triple golpe al futuro del barrio". Primero, porque daña gravemente el proyecto de vida de personas que han apostado por establecerse allí. Segundo, porque genera inseguridad en cualquier otro emprendedor que sopese la idea de iniciar un proyecto. Y tercero, porque todo esto se va a traducir de facto en un "freno económico añadido al Casco", afirma Belandia.

Actuaciones pendientes Las dudas sobre la futura reactivación del Casco Viejo salen de nuevo a la luz coincidiendo con la eliminación de la Arich, que hoy se plasmará definitivamente en el Pleno municipal. "A estas alturas de año, no sabemos con qué presupuesto va a contar este barrio ni en qué se va a gastar ese dinero, si es que existe. Es más, tenemos serias dudas de cómo se va a saldar el plan Urban con el que se quería financiar desde Europa gran parte de la revitalización de esta zona. Hay muchas actuaciones pendientes que ahora quedan en el aire. Puede que nos llevemos una sorpresa desagradable", advierte Belandia.

El concejal responsabiliza al equipo de gobierno de Maroto del "golpe" al desarrollo de este barrio, tanto en infraestructuras como en políticas sociales y económicas, puntos estos dos últimos en los que siempre ha incidido de forma especial el vecindario. El PNV también va a pedir explicaciones sobre todos aquellos casos en que queden en suspenso ayudas ya concedidas para la reforma de inmuebles en el barrio.