Vitoria. El Ministerio de Fomento intentará aclarar el martes a las autoridades vitorianas, alavesas y vascas el futuro del soterramiento del ferrocarril a su paso por nuestra ciudad. Y al PNV le gustaría que todas las formaciones políticas estén presentes en la que será la primera reunión de trabajo de la sociedad que se constituyó para dar forma a este proyecto. El portavoz nacionalista en el Ayuntamiento gasteiztarra, Gorka Urtaran, considera "imprescindible" que cualquier anuncio que se realice o cualquier decisión que se tome en esta reunión cuente con la participación de cada uno de los grupos "por considerarse uno de los proyectos estratégicos del municipio".

Por eso mismo, Urtaran espera que la reunión del martes no se limite a "un simple anuncio y a una serie de palabras huecas". Vitoria lleva muchos años "esperando explicaciones claras sobre la situación del proyecto del soterramiento y, para que esto sea posible, es necesario que toda la Corporación municipal participe en un foro del que tenemos que salir con hechos concluyentes". Para empezar, el portavoz del PNV confía en que esta reunión de trabajo sirva para aclarar hasta dónde llega el compromiso de Madrid para eliminar la brecha ferroviaria de Vitoria. Por ahora, según dijo, "la única certeza que tenemos es que en los presupuestos del Gobierno de Rajoy para este año figura la cantidad de 35.000 euros y se especifica que el compromiso presupuestario acaba en 2012". Si ese va a ser el esfuerzo, entonces para los nacionalistas será "evidente que el PP renuncia a este proyecto. Sólo hace falta que la ministra de Fomento lo diga con claridad", inquirió Urtaran.

La expectación por la visita de Ana Pastor se acrecienta ahora que más de uno da por enterrado el proyecto del soterramiento tras décadas de debates baldíos. Antes ya vinieron a Gasteiz los exministros Francisco Álvarez Cascos, Magdalena Álvarez y José Blanco con los gobiernos de Alfonso Alonso y Patxi Lazcoz, pero esos encuentros no sirvieron para dar el empujón final a una obra que, ahora, en plena crisis, se antoja demasiado cara (511 millones de euros) y difícil de financiar. Más aún si se tiene en cuenta que parte del dinero se supeditaba a la edificación de viviendas en el corredor liberado al soterrar las vías, antes de la caída en picado del sector de la construcción.

Ante esta situación, las dudas sobre la faraónica obra se multiplican y aunque hasta ahora ningún político da por zanjado el proyecto, cada vez son menos quienes a micrófono cerrado confían en que se ejecute. Por eso, la reunión del martes se antoja tan trascendental. Dependiendo de las palabras de Pastor, puede que las dudas de muchos sobre la ejecución del proyecto se conviertan en certezas o se mantengan en un clima de esperanza.