Vitoria. Un año ha durado el compromiso institucional de convertir Vitoria en una ciudad libre de pesticidas. El gabinete de Javier Maroto ha retomado el uso del herbicida Atila, viejo conocido del Consistorio, para "intervenciones puntuales" y lo ha hecho en pleno reinado de la Green Capital. Ayer, la concejal responsable de Limpieza, Leticia Comerón, se vio obligada a reconocer la evidencia pocos días después de que la asociación Ekologistak Martxan detectara el regreso a estas costumbres ampliamente cuestionadas.

El colectivo constató el uso del pesticida hace dos semanas en los alcorques de la calle Alberto Shommer de San Cristóbal. Pertrechados con uniformes y mascarillas, los operarios atacaron con Atila a escasa distancia de un parque infantil y sin haber señalizado previamente la puesta en marcha de estos trabajos. No obstante, Ekologistak Martxan estaba seguro de que el gabinete Maroto había autorizado la aplicación del herbicida en otras ocasiones, aunque fuera en zonas menos sensibles. Y no se equivocó. "La postura del gobierno es aplicar otros métodos, pero puntualmente usamos Atila", admitió Comerón a preguntas de los grupos de la oposición, no sin antes tratar de justificar esta práctica.

Todas las alternativas para limpiar las malas hierbas de los alcorques son, a juicio de Comerón, imperfectas. La edil aseguró que la opción de rellenar con grava no es del todo óptima porque este material tiende a desprenderse. De los métodos mecánicos de limpieza existentes dijo que pueden llegar a dañar los troncos. Y las labores manuales han pasado a un segundo plano, porque el Ayuntamiento ha dejado de disponer de los recursos humanos del último año -las brigadas conveniadas con el Gobierno Vasco-. Sin embargo, donde el gabinete Maroto ve argumentos la oposición detecta excusas.

El concejal del PNV Álvaro Iturritxa defendió la efectividad de los métodos mecánicos, ya que "existen formas de proteger los troncos", por lo que tildó de "equivocación" el uso de Atila. Más vehemente, el edil del PSE Juan Carlos Alonso criticó al gobierno por pasar de las recomendaciones de la UE, las advertencias del Síndico y los consejos del Centro de Estudios Ambientales.