vitoria. Si los concejos están en lucha permanente, apenas se hacen obras, no tienen facilidades de transporte, el agro se está perdiendo... ¿qué lleva ahora a un ciudadano a vivir en la zona rural?

Se hace por herencia, sobre todo, pero también porque la zona rural tiene su encanto. Es para personas que buscan otro estilo de vida. Más tranquilo, de mayor convivencia con los vecinos, sin puertas cerradas... Aún mantenemos esas costumbres de que venga el panadero hasta las casas o ese bar que vende de todo.

¿Cómo ve la pérdida de terreno agrícola frente a la expansión de la ciudad?

La agricultura es una joya que debemos mantener, porque es un ave en vías de extinción.

Somos menos patateros...

Hay menos agricultores, aunque tengan una extensión mayor a su cargo. Porque el sacrificio de los agricultores y, sobre todo, de los ganaderos es muy grande. Hay que estar ahí aunque llueva, nieve o granice. Y ésta es una forma de vida poco reconocida.

El Ayuntamiento tiene que debatir sobre el nuevo Plan General, donde parece que hay consenso para mantener los límites actuales de la ciudad, no ocupar más suelo y concentrar el desarrollo en la zona rural en algunos pueblos. ¿Le parece un paso positivo?

El Plan General anterior fue un error, había que darle una vuelta. Los cascos antiguos de la zona rural hay que mejorarlos, pero respetándolos. Además, ese crecimiento hacia adentro de Vitoria me parece lógico, y que haya recalificaciones de terrenos que vuelvan a ser lo que eran antes. La ciudad nos ha ido engullendo y rodeando, pero por ejemplo en Betoño [Fernández de Landa pertenece a esta junta] seguimos reivindicando que es un pueblo, con ese espíritu y esa independencia.

¿Estar en pleno año Green Capital no puede ayudar a que se cuide de la zona rural?

Yo pensaba que sí. Porque la naturaleza y lo verde, que se han sostenido durante años gracias a los concejos, están en la zona rural. Vitoria, por suerte, es una ciudad que no necesita irse muy lejos para llegar al campo.

¿Por esta razón la sorpresa ahora ha sido mayor?

Claro. Y porque se habla de hacer un Anillo Verde Interior antes que de cerrar el exterior. No voy a quitar nada al proyecto de la Avenida, que será muy ilusionante y muy bonito... pero prácticamente hablan de poner un bosque en el centro de la ciudad mientras el bosque que ya tenemos, en el exterior, está en malas condiciones. Es incongruente. Y seguramente zonas con necesidades como Coronación, Adurza o Zaramaga se echarán las manos a la cabeza. Si tenemos unos Presupuestos austeros, en los que se va a lo importante, me cuesta creer que con ese Anillo Verde Interior vayamos a generar empleo.

Un tema pendiente es el transporte a la zona rural. Ya se ha anunciado que se probará un sistema a la demanda, con taxis. ¿Satisfecha con el proyecto o tiene dudas?

Algunas sí. Este proyecto se ha anunciado, pero aún no se ha puesto. Es una idea que tiene letra pequeña, porque está sujeta a lograr una subvención del Idae [el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía] o, de lo contrario, no puede ponerse en marcha.

Los concejos ya han pedido mejoras en este sistema: que llegue a más pueblos, que sea más barato... ¿Han recibido respuesta?

No, todavía no. Estamos a la espera de que el Ayuntamiento y la Diputación nos digan algo.

Si no se cambia el proyecto, ¿cree que triunfará?

Todo depende de cómo se venda el producto. Con el Plan de Movilidad ocurrió algo parecido, y triunfó porque hubo un bombardeo de datos y se informó de sus horarios y líneas.

El PNV teme que se active, no funcione, y eso sirva de excusa para no volver a hablar del tema.

Nosotros también hemos hablado de que puede ser un caramelo envenenado. Porque luego pueden usarlo de excusa y alegar que no ha funcionado. E insisto, sin la campaña del Plan de Movilidad, seguiríamos con los mismos usuarios en Tuvisa.

Si se vive en un pueblo, ¿hay que aceptar que se sufrirán problemas de transporte?

Bueno... Es como decir a un fumador que tiene riesgo de cáncer de pulmón y luego, si sufre esa dolencia, no atenderle en la Seguridad Social. Cuando vas a un pueblo sabes que no tienes transporte, pero la competencia del Ayuntamiento es ofrecer un transporte para todo el término municipal. No pedimos un autobús de Tuvisa cada 15 minutos, pero sí que se pongan medidas para solventar este problema y garantizar el acceso a los servicios básicos.

¿Hay que tener coche si se vive en la zona rural?

Sí (categórica). Hay casas que incluso tienen cuatro coches. Cualquier chaval de la zona rural, en cuanto cumple 18 años, se saca el carnet de conducir. De lo contrario, no habría forma de moverse, a no ser que los padres se turnen para llevar a sus hijos o tengas una buena cartera y puedas pagar un taxi para ir y para volver. Y eso no es lo habitual, por mucho que la leyenda hable de la gente que vive en grandes chalés.