Vitoria. Todas las semanas la plataforma vecinal contraria al nuevo proyecto de estación de autobuses llama a nuevas puertas en busca de apoyo. Ayer, integrantes de Euskaltzaindia Plaza Viva-Plaza Bizia entraron por la del Gobierno Vasco para darse a conocer y saber de primera mano la postura de esta institución. Les recibieron los más altos cargos del ramo: el consejero de Transportes, Iñaki Arriola; el director del departamento, Mikel Díez; la titular de Medio Ambiente, Pilar Unzalu, y el viceconsejero de Planificación Territorial, Iñaki Atxukarro. Y salieron con la satisfacción de ver confirmadas sus sospechas. "Nos han reconocido que la ubicación escogida por el gabinete Maroto es peor que la de Arriaga", subrayaron a la salida de la cita.
El encuentro duró alrededor de una hora y media, más tiempo que el que hasta ahora ha dedicado el alcalde a la plataforma. Además, los vecinos se sintieron escuchados. "Han estado muy receptivos a nuestras preocupaciones y nos han explicado su posición claramente", señalaron desde el colectivo. El ejecutivo autonómico sigue defendiendo los informes técnicos desfavorables al emplazamiento de la estación en la plaza Euskaltzaindia, principalmente por considerar que da al traste con la ansiada intermodalidad. Además, la ubicación de Arriaga estaba respaldada por un gran consenso político dentro y fuera del Ayuntamiento, mientras que la actual ha creado una gran brecha dentro del Consistorio y ha puesto en tela de juicio la posición de la Diputación -que ha acabado rechazando sus propios estudios contrarios a la nueva propuesta de terminal-. Entonces, ¿cómo es posible que aun así el ejecutivo de Patxi López haya puesto dinero para financiar algo en lo que no cree?
Los responsables políticos explicaron a la plataforma que los 12 millones de euros destinados al proyecto forman parte de la negociación presupuestaria entre PP y PSE en las altas esferas. Pactos que obligan a ceder, aunque duela. "Eso sí, han dejado bien claro que la partida es para una estación de autobuses, no para el proyecto de Euskaltzaindia. Un matiz muy importante, porque el alcalde ha intentado hacernos creer que la cuantía estaba vinculada específicamente a este emplazamiento", explicaron desde el colectivo. Ahora bien, con o sin inyección económica de por medio, la posición del Gobierno Vasco importa poco en el desarrollo de la terminal de Maroto. A esta institución no le queda más opción que respetar la decisión municipal, puesto que los informes no son vinculantes ni tienen competencias en este ámbito.
"Y así nos lo han dicho, que respetan el acuerdo del Ayuntamiento y la postura de la Diputación", reconoció la plataforma. Lo lógico, por tanto, es que los integrantes hubieran salido de la reunión con la sensación de haber perdido el tiempo. Pero no. "Estamos muy optimistas y esperanzados", señalaron. La opinión del Gobierno Vasco da peso a su rechazo a la estación de autobuses en la plaza de Euskaltzaindia; una oposición que también palpan a nivel de calle. "Ya hemos recogido las firmas equivalentes al 1% de la población censada, y siguen creciendo. Tenemos un gran respaldo social". Y mientras hay bizia...