Vitoria. Los veinte vecinos de Errekaleor que aún se resisten a abandonar sus viviendas han comenzado a recibir en sus domicilios la carta de expropiación de sus casas. En el escrito, el Ayuntamiento declara de utilidad pública las obras que se van a ejecutar en el barrio y da a los propietarios un mes de plazo para presentar alegaciones. En caso contrario, tendrán que atenerse a las condiciones de realojo marcadas por la sociedad urbanística municipal Ensanche 21. Los afectados han puesto ya en manos de sus abogados los contratos de realojo, ya firmados por el alcalde, Javier Maroto.
Mariano -nombre ficticio- fue el primero en recoger la carta del Ayuntamiento. Recibió el aviso del certificado el pasado día 2 y en Correos había un buen paquete de sobres. "No hay fecha para el realojo, sólo explica que si no alegas nada en un mes y no aceptas la oferta de meterte en un préstamo de 80.000 euros -en su caso-, sumado al que ya tengo, recibes la m... de dinero por la que te han tasado la casa", explica este afectado.
Y es que una de las cuestiones que más enfada a este propietario es que le han tasado el valor de su casa por el aspecto exterior después de haber invertido 30.000 euros en reformar el interior de su hogar. Fue nada más entrar a vivir, tras pagar el metro cuadrado del inmueble de 65 metros a 1.525 euros. Ahora, el Ayuntamiento se lo compra por 1.410 euros por metro cuadrado. A cambio, le ofrece un piso de VPO en Borinbizkarra, de 90 metros.
"Compré antes de que apareciera el Plan Renove y entonces me dijeron en el Ayuntamiento que no me preocupara, que allí no se iba a hacer nada, porque Errekaleor se iba a quedar como una isla", ironiza ahora. En definitiva, el trueque le obliga a abonar 65.000 euros, la diferencia entre los 144.906 euros más IVA que le cuesta su nuevo piso y los 94.552 euros en que el Ayuntamiento le tasa su actual casa (incluida una indemnización de mil euros por gastos de traslado). "Pedir una nueva hipoteca y volver a pagar intereses", apunta.
Y esa es una de las razones por la que Mariano no está dispuesto a trasladar su domicilio. "Probablemente, los que quedamos es porque, precisamente, nos hemos gastado dinero en acondicionar viviendas que ya tienen 50 años de antigüedad, para que luego nos las tasen por el aspecto exterior".
Y es que, en la carta el Ayuntamiento ya deja claro que "la calidad y estado de conservación de instalaciones y acabados interiores varían en función del grado de mantenimiento de las viviendas, tomándose como norma general su correspondencia con el aspecto exterior que muestra cada inmueble, siendo la antigüedad aproximada de 50 años".
Errekaleor se ha quedado como una isla dentro del moderno barrio de Salburua. Sus viejas casas están llamadas a desaparecer y sus inquilinos a cambiar de hogar. En eso consiste el denominado Plan Renove, en cambiar viejas viviendas por otras nuevas. Quienes tenían su casa en peores condiciones fueron los primeros en abandonar la barriada. Ahora, tras el largo proceso de realojo, sólo quedan 60 o 70 vecinos, de ellos, una veintena se resiste a dejar su hogar. Se sienten perjudicados por la permuta que les ofrece el Ayuntamiento.