Vitoria. La plataforma contraria a la construcción de la estación de autobuses en la plaza Euskaltzaindia de Lakua ha llevado su protesta hasta el Ararteko y el Síndico. Y lo ha hecho presentando dos reclamaciones ante ambos defensores vecinales. Se trata de denuncias contra el alcalde, Javier Maroto, en particular, y contra el Ayuntamiento de Vitoria, en general, por su empeño en continuar adelante con la edificación de la terminal en el hueco dejado por el fallido proyecto de Bai Center.

En las reclamaciones presentadas, la plataforma ciudadana adjunta documentación introductoria sobre su propia historia y un completo dosier con lo ocurrido en los últimos doce meses respecto al proyecto del BAIC, intermodal en Arriaga y ahora estación de autobuses en Euskaltzaindia. También ha entregado en las oficinas de Iñigo Lamarca y Javier Otaola documentación que demuestra -a su entender- que la estación de autobuses junto al Gobierno Vasco es un "mal proyecto, improvisado, que supone un dispendio económico añadido injustificado e incongruente con el sentir moderno de movilidad sostenible y de intermodalidad que debería primar en los dirigentes de la Vitoria del siglo XXI".

Anteproyecto La plataforma ha tenido acceso al anteproyecto de la estación, documento en el que se pueden apreciar "varias incorrecciones", como determinar que el edificio queda paralelo a Juan de Garay, y "contradicciones manifiestas" a lo expresado por el gabinete de Maroto, como lo referente a que las entradas y salidas de los autobuses y vehículos privados al parking serán por la calle Donostia, al contrario de lo expresado de que los autobuses entrarían por Euskalherria.

"Esta modificación del proyecto se ha concedido a Trakteplan por un coste de 800.000 euros", denuncian los miembros del colectivo. "Si estas son las modificaciones realizadas, son fruto de un plan improvisado, copiado de Arriaga, plagado de incorrecciones, de un coste exagerado por lo que ofrece, y que denota la improvisación del Ayuntamiento en este proyecto, ya que, tal y como se desprende del documento y de la hemeroteca, cambia de opinión en cuanto a los accesos y otros aspectos semana sí y semana también. Todo ello demuestra que el proyecto es "malo".