Vitoria. Es vox populi que al nuevo equipo de gobierno nunca le inquietó la decisión de Gonzalo Arroita de abandonar este otoño la gerencia de la Agencia de Revitalización Integral de la Ciudad Histórica. Sin renuncia voluntaria, igualmente habría prescindido de sus servicios por ser un fichaje estrella del exalcalde socialista Patxi Lazcoz y porque tenía otros planes para la Arich. Lo que no entraba en ninguna quiniela es que, a un día del último consejo de Arroita, los populares trataran de cargarse la reputación de este profesional. El concejal de Promoción Económica y presidente de la Arich, Fernando Aránguiz, le acusó ayer de haber duplicado la verdadera lista de locales reactivados desde 2008 y multiplicado por seis el número de proyectos empresariales pendientes de ejecución sólo para seguir sacándole dinero al Ayuntamiento. "Eso no es cierto y si de algo he pecado ha sido de prudencia", reprochó el aludido.
La polémica ha surgido tras una información publicada por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA acerca del presunto parón que sufre el plan de reactivación económica del Casco. Según los datos aportados por el propio Arroita, la Arich guarda en sus cajones 60 proyectos con plan de viabilidad a los que no puede dar salida porque carece de fondos para comprar locales donde ubicarlos. Pues bien, según Aránguiz sólo son diez y si no han seguido adelante no ha sido por falta de euros "porque la Arich nunca ha gastado todo el dinero que ha recibido". Según detalló el edil, de los 53 millones presupuestados para esta sociedad municipal en las Cuentas de 2008, 2009 y 2010, sólo se han aprovechado 24,8. Y aunque no dio datos sobre este ejercicio, donde en realidad está el quid de la cuestión, el concejal sostuvo que "no hay mucha diferencia respecto a los anteriores". Además, defendió que la Arich dispone de cuatro lonjas y que está a punto de adquirir una quinta.
Por si no fuera suficiente con la primera acusación, el concejal del PP también desmintió que sean 61 los locales que han sido comprados y posteriormente alquilados por la Arich a pequeños empresarios en estos tres años y medio. "Lonjas de esta sociedad son sólo 30. Ha habido una infracción cuando se ha vendido el tema de los locales en el Casco Viejo", aventuró Aránguiz. "O eso, o es que se tienen distintos criterios", sugirió el edil nacionalista Borja Belandia, quien había encendido involuntariamente la mecha de la polémica al llevar el tema a la comisión de Promoción Economica. "Sí, vamos a dejarlo en que ha habido distintos criterios al interpretar los datos, aunque conozco bien las buenas palabras de Arroita para influir en la clase política para obtener más fondos", respondió Aránguiz.
Fue una sutil manera de llamar a Arroita embaucador. Y, por eso, el incriminado no tardó en responder. No sólo se ratifica en los datos publicados por este periódico, sino que ayer mismo puso a trabajar a su mano derecha y responsable del plan comercial de la colina, Carlos Rodríguez, para presentar hoy en el consejo un informe lo suficientemente exhaustivo como para acallar dudas. "Existen 60 proyectos con viabilidad pendientes de respuesta porque esas cuatro lonjas que tenemos no se adecúan a sus características. Y de éstos, 40 son prioritarios". Además, según Arroita, estas propuestas maduras forman parte a su vez de un listado de 160 solicitudes de pequeños empresarios para instalarse en el Casco "a las que en algunos casos ya se ha dado respuesta".
¿Y cuántas lonjas han vuelto a la vida de la mano de la Arich desde 2008? "Compradas y reactivadas, 61", reiteró Arroita, quien también insistió en que la sociedad pública ha ofrecido subvenciones para el acondicionamiento de 32 locales puestos en marcha por operaciones entre particulares, así como ayudas para la mejora de 39 locales que necesitaban modernizarse o recualificarse.
Siguiendo la línea de acusaciones veladas, Arroita justificó el desfase entre las cifras de unos y otros como "la errónea interpretación personal de un concejal ante una realidad objetiva". Hoy, va a demostrarlo, aunque haya informe o no, en caso de hundirse jamás lo haría solo. El Consejo de Administración de la Arich, donde todos los grupos políticos están representados, es el encargado de aprobar los quehaceres de la Arich y de velar por su buen funcionamiento. De ser falsos los datos ofrecidos por Arroita, habría pecado de dejación de sus responsabilidades.