Vitoria. Zain, el proyecto dedicado a la investigación del patrimonio, no necesita sede para avanzar. A la espera de su traslado al palacio Maturana-Verástegui, previsto para 2013, el equipo que lo conforma ya ha iniciado el camino desde su hogar provisional de la UPV. Lo ha hecho sin pausa y con ambición. Vitoria será a lo largo de los próximos tres años el epicentro mundial de la investigación del legado urbano. Durante ese tiempo, alrededor de cien prestigiosos expertos en la materia procedentes de Canadá, Estados Unidos, Latinoamérica, Italia y Francia desarrollarán aquí sus iniciativas.
El responsable de Zain, el catedrático de la UPV Agustín Azkarate, está ya ultimando la metodología de trabajo con estos grupos de excelencia internacional. Los investigadores se embarcarán en distintos planes de recuperación y protección del patrimonio urbano destinados a reforzar la identidad de las ciudades, a revalorizarlas y a hacerlas vibrar. Su presencia constituirá, sin duda, un importante arreón en el desarrollo de Zain, nacido con el propósito de generar nuevas tecnologías, conocimientos y actividades económicas para la gestión integral del conjunto de edificaciones y espacios públicos que estructuran nuestras urbes, que las singularizan y que crean una memoria colectiva indestructible.
Desde su puesta en marcha, Zain no ha perdido el tiempo. Cuenta ya con su propia fundación, un patronato en el que están representados el Ayuntamiento, la UPV y el Gobierno Vasco, y al que se incorporarán en breve la Diputación y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Además, sus integrantes participan ya con la Escuela Superior de Arquitectura de Donostia y la Facultad de Ciencia y Tecnología de Leioa en un programa de doctorado, e imparten un máster en la UPV.
La idea de un centro de investigación de excelencia vinculado al patrimonio nació de la mano de los redactores del plan director para la restauración de la Catedral Vieja. Les movió la necesidad socializar y proyectar en el futuro el know-how generado por la experiencia interdisciplinar vivida en el templo gótico. Ese deseo se materializó en 2007 con la firma por parte del Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de un convenio para la rehabilitación del palacio Maturana-Verástegui como futura sede. Y en julio de este año nació la fundación, sustentada en la filosofía de la autosostenibilidad: en vez de captar fondos de las administraciones que integran el patronato, que sería lo más fácil, busca los ingresos mediante el asesoramiento, la impartición de enseñanzas de posgrado y cursos de alta especialización para profesionales.
Por ahora, desarolla sus funciones en la UPV, pero su intención es trepar a la colina gasteiztarra a inicios de 2013. Para entonces habrán finalizado las obras de reforma de su futura sede, el palacio Maturana- Verastegui. Son en total 22 meses de cirugía para transformar 2.167 metros cuadrados de superficie en un referente cultural internacional. La idea es habilitar en el interior de la casona dos apartamentos de 60 metros cuadrados con cocina, habitación y baño cada uno. Estos trabajadores y los que vayan y vuelvan todos los días dispondrán de los mejores espacios y las mejores tecnologías, como aulas polivalentes con el sistema Cisco -que permite comunicarse a través de pantallas y en tiempo real con personas que están en otros lugares-, un laboratorio de realidad virtual y otro con una zona húmeda para el tratamiento y valorización de los materiales.
El interior del centro se completará con toda una retahíla de despachos, una biblioteca, un espacio para conferencias y exposiciones, y cuatro archivos para guardar memorias e inventarios arqueológicos, diapositivas, negativos, fotografías, hasta 5.000 planos de diferentes escalas y otros documentos.