Vitoria. El edificio que albergó el Gobierno militar, los antiguos juzgados, la que fuera sede del Banco de España y el viejo cuartel policial de Betoño tienen en común el peor de los denominadores: están en desuso o infrautilizados, pese a su singularidad y sus ubicaciones estratégicas. La decisión de que crezcan las telarañas es del dueño de los cuatro inmuebles, el Estado, pero el grupo municipal del PNV está convencido de que basta "la voluntad política" para que la administración central los ceda al Ayuntamiento. Y, por eso, incluso ya ha planteado cómo devolverlos a la vida. El proyecto se recuperación y rehabilitación se llama Lauberri y fue presentado ayer por el portavoz jeltzale, Gorka Urtaran.

Los casi 5.500 metros cuadrados del Gobierno militar, edificio ubicado en el número 52 de Postas, constituyen para el PNV una oportunidad perfecta para reconvertirse en el nuevo centro de salud de Nuestra Señora de Estíbaliz, hoy enclavado en Olaguíbel. "De esta forma, el ambulatorio se podría dedicar en su totalidad a acoger las consultas externas de Santiago", subrayó Urtaran. Además, así se garantizaría el mantenimiento de un hospital general, una vez que la ampliación de Txagorritxu se hiciera efectiva, en vez de que éste quedara reducido a la atención de pacientes crónicos.

Para sacar del ostracismo los antiguos juzgados de Vitoria, un edificio de más de 4.300 metros cuadrados en el número 13 de la calle Olaguibel, el PNV propone tres servicios. El primero sería la oficina de atención ciudadana que ahora se encuentra en la acera de enfrente, en un local alquilado a Caja Vital, lo que permitiría ahorrar un gasto importante. También habría espacio para crear un punto de encuentro y reunión para los colectivos sociales de la ciudad, que en la actualidad carecen de sede. Y, en tercer lugar, los nacionalistas apuestan por enclavar en este inmueble un semillero de empresas, concretamente el que ahora se está configurando en la calle Las Escuelas del Casco Viejo. "Así conseguiríamos un doble objetivo, puesto que el colegio Ramón Bajo podría tener a su disposición un nuevo espacio, vista la negativa del Gobierno Vasco a permitir su traslado", explicó Urtaran.

El antiguo Banco de España, también en la calle Olaguibel, es para el PNV la mejor alternativa para dar vida al Gasteiz Antzokia. Ésa es también la opinión de Bildu, grupo que como Eusko Alkartasuna incluyó en los presupuestos de la pasada legislatura la creación de un espacio para la producción y difusión de la cultura vasca y que ahora ha encontrado el apoyo del gabinete de Javier Maroto para sacar adelante el proyecto. No obstante, la coalición abertzale ya ha dejado claro que no está dispuesto a seguir esperando un cambio de opinión por parte del Estado, por mucho que la futurible victoria del PP en noviembre hiciera más factible la devolución de este inmueble a la ciudad ahora que Vitoria la gobierna la formación popular.

De no ser el Banco de España la sede del Gasteiz Antzokia, Urtaran subrayó su deseo de que este espacio se ubique en el Ensanche o en el Casco Viejo. El portavoz del PNV sólo miró más allá de los límites del centro de la ciudad para referirse a la cuarta pata del proyecto Lauberri: el cuartel de la Policía Nacional de Betoño. Los nacionalistas apuestan por convertir sus casi 27.000 metros cuadrados en 300 apartamentos y pisos de alquiler social que podrían destinarse a jóvenes parejas, personas que viven solas o a ciudadanos que necesiten en un momento dado este tipo de vivienda porque no pueden comprar una propiedad por la imposibilidad de obtener crédito.

"Este proyecto, que está abierto a las sugerencias de otras formaciones y asociaciones, puede salir adelante si hay voluntad política. En poco más de un mes habrá elecciones generales y ésta es una buena oportunidad para saber si los partidos de implantación estatan están verdaderamente comprometidos con Vitoria", subrayó Urtaran. A su juicio, Lauberri responde perfectamente a las necesidades de la ciudad. Permite dotarla de nuevos equipamientos, con una política de sostenibilidad que prioriza la recuperación sobre la demolición y ahorra costes.