vitoria. La situación financiera del Ayuntamiento de Vitoria enfrentó ayer a PSE y PP. Los anteriores y los actuales gestores de las arcas municipales ofrecieron dos versiones diferentes de las Cuentas del Consistorio. La ex concejala de Hacienda, la socialista Marian Gutiérrez, defendió que el panorama, aunque podría ser mejor, es "óptimo". Así se recoge en un informe firmado en junio por el tesorero en funciones del Ayuntamiento, que sentencia que el nivel de solvencia es "suficiente como para garantizar el pago de los compromisos económicos del Ayuntamiento con sus trabajadores durante 2011".
Este breve documento también explica que en ciertas épocas, en especial en los meses "más problemáticos" como junio y diciembre, hay que tomar medidas preventivas para garantizar la solvencia. Gutiérrez facilitó el informe en una conferencia de prensa que presentó como un ejercicio de "transparencia" para explicar las Cuentas municipales tras las últimas declaraciones del PP, que anunció que la situación financiera es peor de lo que se esperaba. Su sustituto, el popular Manu Uriarte, compareció ante los medios unos segundos después para criticar esta respuesta "lamentable".
Este cruce de declaraciones crispa un poco más el traspaso de poderes en la Casa Consistorial. El PSE defendió su gestión durante los últimos cuatro años y recordó que el Consistorio ha mantenido sus compromisos con su plantilla, los proveedores y la ciudad, al no suprimir empleos, servicios ni convenios.
Gutiérrez destacó estos resultados a pesar de la "crisis brutal" y de la herencia popular. En primer lugar, porque los recursos del Ayuntamiento se han reducido al bajar la recaudación foral, la venta del patrimonio municipal del suelo ha resultado casi "nula" y la subida de la presión fiscal ha sido "moderada". Por otro lado, Gutiérrez volvió a cargar contra la gestión del PP entre 2003 y 2007 -a la que se refirió, en nota de prensa, como el gobierno de Maroto-, porque en época de bonanza económica se aumentó y consolidó el gasto corriente, no se acometió ninguna inversión estratégica, se recurrió a deuda y no se amortizó. El PP dejó 90 millones de deuda viva -la que genera intereses- y el PSE, 140. Pero sí amortizó 24 millones.
Gutiérrez mostró su preocupación por las reflexiones del PP, pero insistió en que teme más "lo que no se dice". La concejala consideró que los populares están buscando "excusas" y preparando el terreno para aplicar las políticas que de verdad quieren hacer. Y, en su opinión, eso puede pasar por destruir puestos de trabajo o por un recorte de los servicios municipales. El cruce de acusaciones no admite término medio. En un Ayuntamiento necesitado de acuerdos para impulsar las nuevas políticas económicas, lo único que está claro es lo más lógico: que la situación económica podía ser mejor.