Vitoria. Desde hace tres semanas, hay tardes en las que se llegan a contar hasta doce agentes municipales a la entrada del colegio Marianistas. El gabinete de Patxi Lazcoz se ha propuesto limitar, e incluso prohibir en horas punta, las dobles filas protagonizadas por los padres que llevan o recogen a sus hijos convencido de que esos estacionamientos indebidos son el motivo de los atascos en Luis Heintz y la plaza Lovaina. Y tal es su empeño, que incluso el autobús escolar ha tenido que desviar su parada hasta Madre Vedruna para escapar de las multas de la Policía. Una situación inaceptable para la asociación de padres y madres del centro educativo, que ha solicitado la creación de un vado de carga y descarga para que al menos este vehículo pueda dar servicio en el acceso del edificio.

Las familias que pagan el autobús no creen que éste interfiera "de forma grave", como sostiene el equipo de gobierno, en la circulación de la zona. Cronómetro en mano, aseguran que son tres minutos los que el vehículo permanece estacionado en cada uno de los servicios que ofrece a lo largo de la jornada estudiantil. O sea, que de convertirse en un estorbo en un momento dado, éste apenas duraría doce minutos en total al día. Una afección "mínima", a juicio de los padres afectados, en comparación con la que ha generado el desvío del autobús escolar a la calle Madre Vedruna: 55 menores de entre tres y doce años que deben caminar a expensas de las condiciones climatológicas más de cincuenta metros sin la compañía de un adulto.

Los padres sostienen que la nueva ubicación de la parada del autobús "pone en riesgo la seguridad de los niños", cuando se supone que la Policía Local debe velar por la protección de los estudiantes a las entradas y salidas de los colegios. Además, afirman que con el desvío del vehículo escolar a Madre Vedruna el trayecto diario se ha incrementado en quince minutos, lo que supone una hora más de viaje al día para los pequeños. Otro efecto secundario que, a juicio de los afectados, debería llevar al equipo de gobierno a replantearse la medida que ha adoptado y habilitar un vado de carga y descarga, al estilo de los existentes en los hoteles.

La petición ya ha llegado a la Casa Consistorial, tanto a través del Ampa como de ciudadanos particulares. Y ahora todos esperan una respuesta que acabe con el conflicto. No obstante, por ahora no ha llegado. Y, mientras tanto, los afectados ven con enfado cómo las restricciones de la Policía a las dobles filas o a los estacionamientos sobre la acera de Luis Heintz "no ha zanjado los atascos" en Lovaina. Según dicen, el caos que se ocasiona especialmente a mediodía y por la tarde tiene su origen en los cambios de dirección que se llevaron a cabo en mayo de 2009 en toda la zona con el propósito de agilizar la circulación, respetar la peatonalización de Sancho el Sabio y destinar la calle Magdalena únicamente al transporte público y repartidores.

Además, la mano dura de la Policía Local en Luis Heintz ha trasladado el conflicto a la trasera de Marianistas. Koldo Mitxelena se ha llenado de dobles filas y estacionamientos sobre la acera que obstaculizan el paso de los coches a los garajes y el tránsito seguro de los peatones, pero al parecer allí no molestan tanto como para que los agentes dediquen su tiempo a sacar la libreta. Aun así, los padres son conscientes de que tampoco ésa es la situación ideal e insisten en que sólo desean un espacio para el autobús escolar en la entrada al centro educativo y algo de deferencia para quienes, por la necesidad de conciliar vida laboral y familiar, deben llevar y traer a los niños en coche.

En cualquier caso, a la espera de la respuesta del Ayuntamiento, los padres deberán seguir adaptándose a las circunstancias: o desvían su ruta para entrar por Koldo Mitxelena o sueltan a sus hijos en Luis Heintz cuando el semáforo pinte rojo. Quién le iba a decir al gobierno que la prohibición de las dobles filas se convertiría en un arma de doble filo.