Vitoria. La reforma de Gamarra y Mendizorroza no cesa de arrojar sorpresas. A falta de concluir los remates finales para su apertura, la obra acumula ya el mayor desfase económico al que el Ayuntamiento de Vitoria ha tenido que hacer frente (9,4 millones de euros, según el alcalde, aunque la cifra aún no es definitiva, ya que faltan partidas por contabilizar). Ahora también se sabe que la pileta cubierta de Mendi no podrá acoger competiciones deportivas de alto nivel, uno de los baluartes del proyecto iniciado la pasada legislatura por el gobierno de Alfonso Alonso. Así lo ha confirmado el gabinete de Patxi Lazcoz ante las sospechas existentes.

"No hay graderío suficiente porque el PP lo recortó en el proyecto de cuatro a tres alturas", corrobora el concejal de Urbanismo, Juan Carlos Alonso. Y al comerse parte de los asientos, el aforo es insuficiente para celebrar, por ejemplo, campeonatos nacionales o internacionales. Quizá, alguno regional..., siempre que cumpla la normativa. De esta forma, la piscina de Mendizorroza pierde toda su diferenciación convirtiéndose en una instalación cubierta similar a la de cualquier otro centro cívico de la ciudad. De hecho, el graderío existente es similar al de la piscina del polideportivo de San Andrés, por ejemplo, al haberse reducido el número de asientos de 500 a 280.

El gabinete socialista ratifica así lo que ya era vox populi en los pasillos del Ayuntamiento, sobre todo, tras la denuncia efectuada por EA hace ya dos años. "Es imposible agrandar el graderío y, por tanto, enmendar el error". De esta forma se elimina toda posibilidad de instalar uno móvil, como se llegó a plantear en un primer momento.

Un fallo más en la planificación de una reforma presupuestada inicialmente en 25,2 millones de euros (incluidas las obras de Mendizorroza y Gamarra) y en la que Vitoria se ha gastado ya 34,6 millones. Una desacertada gestión de la que socialistas y populares se culpan. Los primeros responsabilizan al PP por la envenenada herencia que recibieron y los segundos, al PSE por no solucionar los imprevistos durante su mandato.

El sobrecoste del 38% que suma el proyecto es un cúmulo de desaguisados. Y de esta cantidad, la mayor cuantía se la lleva la construcción de la nueva piscina cubierta de Mendi, que ha registrado finalmente un desfase del 22% (5,4 millones). "El anterior gobierno sólo presupuestó el edificio. No introdujo ni las piletas ni la urbanización exterior ni la deshumectación ni la escalera de evacuación, y por el camino eliminó un piso del graderío", confirmó recientemente el alcalde, obligado a dar la cara ante la oposición por el desfase económico de la reforma, adelantado ya por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Años de espera Las obras fueron aprobadas hace seis años y contemplaban la modernización del parque de Gamarra y de las instalaciones de Mendizorroza. Lo primero ya está prácticamente finalizado, con las piscinas al aire libre ya estrenadas, solucionado el sobrecoste económico que también surgió en el centro social de acceso al complejo por Eskalmendi y con algún contratiempo por solventar, como la construcción de un campo de prácticas de golf, paralizado por la Diputación por no cumplir las medidas medioambientales requeridas. Sin olvidar la imposibilidad de instalar un embarcadero como recogía el plan inicial.

Caso aparte es la piscina cubierta de Mendizorroza, cuya reforma es un agujero negro, tanto por el desfase económico como por los dos años de espera para los usuarios. Además, tras finalizar en noviembre el proyecto de deshumectación y mejora energética y comenzar la fase de pruebas, se descubrió que aún faltaba por colocar la escalera de emergencia. Una actuación clave para recibir el visto bueno de los Bomberos y del área de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco.

Ahora que por fin se acerca la recta final de las obras, los bañistas se van a encontrar un hercúleo bloque de acero, hormigón y cristal con una piscina olímpica destinada a convertirse en el buque insignia del complejo y de toda la red municipal, pese a no estar preparada para competiciones de élite. Es la única bajo techo de Vitoria, su profundidad oscila entre 1,60 y dos metros e incluye un tabique móvil que permite realizar dos actividades diferentes al mismo tiempo. A su lado se sitúa otra lámina inferior para el uso infantil, con una rampa lateral para discapacitados.