vitoria. Al foro de sabios de Vitoria, máximo órgano de participación ciudadana conocido formalmente como Consejo Social, se le frunce el ceño al oír hablar de BAI. No es que no le guste el proyecto en sí, pero en le preocupa la falta de consenso político que lo acompaña desde sus orígenes y, sobre todo, que siga su curso sin que se cierren acuerdos con instituciones superiores para obtener más apoyo económico. Una visión contemplada en su informe sobre el Presupuesto de 2011 que choca con el optimismo del alcalde y añade más leña al ardiente debate suscitado en el Ayuntamiento desde que el PNV -grupo que dio la llave al alcalde para sacar adelante este equipamiento- haya reconocido que su postura podría cambiar si no aumenta de forma clara la financiación externa.
En este momento, de los 154 millones de euros que cuesta el centro internacional, sólo 30 proceden de las instituciones superiores. Inaceptable reparto a juicio del Consejo Social, que exige que se persiga "con insistencia" un aumento de la financiación tanto de la Diputación como del Gobierno Vasco que llegue, al menos, al 75% del importe de la iniciativa. "No es entendible que un proyecto cuya aportación anual al PIB vasco se prevé que sea de 64 millones tenga que ser sufragada al 80% por el Ayuntamiento. Y no se puede justificar ese gasto cuando la ciudad tiene más necesidades también prioritarias, como la estación de autobuses ", afirma el comité de notables.
Junto al obstáculo del dinero se suma, además, la falta de consenso municipal. El Consejo Social considera que los grandes proyectos de ciudad deben realizarse "con el apoyo de todos los grupos políticos". Una pretensión que nada tiene que ver con la realidad. El equipo de gobierno socialista alumbró BAI sin más comadrona que el PNV, una formación que ahora se muestra a favor de "revisar" el proyecto si se mantiene la financiación actual. Además, esta misma semana EA trató de sacar adelante una moción en la que se pedía la paralización de las obras en caso de no lograr antes del verano más aportaciones económicas. No fructificó, por la unión de los votos de socialistas y nacionalistas, pero caldeó aun más el ambiente.
El Consejo Social, sin llegar al extremo de EA, no duda en tirarle de las orejas a Lazcoz, aunque él haga oídos sordos. "La aportación de las administraciones a proyectos estratégicos debe estar clara antes de decidir ejecutarlos para evitar sorpresas y ralentizar algunos si la coyuntura económica lo exigiera".