Vitoria. 41,98 años. Esta es la edad media de la Vitoria del siglo XXI. La ciudad pierde juventud y gana personas mayores siguiendo la tendencia de la vieja Europa. La pirámide de población sigue la misma evolución que en el resto de países occidentales: pérdida de peso en su base, debido a la baja natalidad; anchura de caderas, con una cuarta parte de sus habitantes entre los 30 y 45 años, y cuello de cisne, gracias al aumento de la esperanza de vida.
El índice de vejez es ya del 14% y casi el 18% de la población ha soplado las 65 velas. Y eso preocupa. Con la polémica de las pensiones y la edad de jubilación en el punto de mira, si la pirámide de población sigue invirtiéndose a este ritmo, en treinta o cuarenta años, Gasteiz será una ciudad anciana, con una cuarta parte de sus habitantes con más de 65 años. Y eso requerirá una costosa atención sociosanitaria para dar cobertura a la demanda asistencial de las personas mayores.
Pero no sólo la pirámide de población se ha modificado desde finales del siglo pasado, también la estructura de las familias. Y donde en los 60 y principios de los 70 convivían cinco, seis y hasta siete personas bajo el mismo techo, ahora residen una, dos y, a lo sumo, tres personas. Según los datos del censo, un tercio de los hogares está compuesto por un solo ciudadano y prácticamente en otro tercio de las viviendas únicamente viven dos personas.
Si hace diez años, el tamaño medio de las familias gasteiztarras era de 2,8 personas, en 2011 se ha reducido a 2,3. Esta tasa media significa que en 31.396 hogares reside una persona sola, ya sea anciano o soltero-separado-viudo. En el primer caso son Zaramaga y Coronación los barrios con más mayores que viven solos, pero la cifra también es elevada en Txagorritxu, El Pilar, Ensanche y Aranbizkarra. En el segundo caso, los hogares unipersonales se concentran en Zabalgana, Salburua, Lakua-Arriaga y Casco Viejo, un distrito que en los últimos años ha rejuvenecido.
El padrón no deja lugar a dudas y en Vitoria ya son más las familias con mayores a su cargo que con menores. En total, cien mil familias repartidas en 27 barrios, también envejecidos -salvo los de reciente construcción-, tanto por dentro como por fuera.
se van más de los que llegan El envejecimiento de la población ha dejado de ser exclusivo de la zona rural alavesa y la capital, que en los últimos años ha logrado frenar el descenso de la natalidad gracias a la llegada de jóvenes parejas inmigrantes, corre ahora el riesgo de caer en tasas negativas, puesto que cada vez vienen menos extranjeros porque la crisis ha dado al traste con miles de puestos de trabajo. "El saldo migratorio es positivo aún, pero con tendencia a la baja y con saldo negativo con respecto al extranjero", especifican los estadistas.
El cambio es "significativo" con respecto a periodos anteriores y el crecimiento de Gasteiz se debe ya en un 63% al saldo vegetativo y sólo en un 37% al migratorio. Ahora, con la crisis "se van al extranjero más personas de las que llegan". Así que la población de fuera se ha estancado en el 10%, y ya no va a suponer una salvación para la tasa de natalidad como ha ocurrido en los últimos ejercicios.