vitoria. ¿Qué tal lleva su nuevo cargo como portavoz del PNV?
Bien, aunque con una alegría contenida porque se acaba en mayo, con las elecciones. Lo considero una responsabilidad que debo asumir con ilusión y con el mayor rigor posible.
¿Y no es una ilusión agridulce? Asume el cargo a costa de la salida de Malentxo Arruabarrena, ex número 1 de la lista, del grupo municipal.
No. También salió Mikel (Martínez) en su día... Ilusión contenida porque no van a ser cuatro meses fáciles.
Cuatro meses de mucha responsabilidad pero en los que va a pasar de ser el portavoz del PNV al número seis de la lista. Más que llamativo para el ciudadano de a pie.
Sí (risas). Algunos ya me han preguntado por qué estoy en el número seis. No pasa nada. El PNV siempre ha funcionado como grupo. Y Gorka Urtaran nos ha comentado que su grupo no es del 1 al 5, sino del 1 al 10. Así lo considero yo también. Debemos dejar los egos a un lado y ver qué es lo mejor para el partido.
¿De verdad que no se siente infravalorado tras tanta entrega?
No, de verdad. Tuve la oportunidad en estos procesos internos que ha tenido el partido de ser candidato a la Alcaldía, y dije que no desde un principio porque no me veía así.
¿Y por qué no se ve como un posible candidato a la Alcaldía?
Creo que en este momento hay personas más capacitadas que yo para ser el número uno en Vitoria.
Aunque tengan menos experiencia que usted en el Ayuntamiento...
Aunque tengan menos experiencia que yo. Lo que yo quiero es aportar lo que he vivido, y el trabajo desarrollado. Pero también creo que hay que dar un aire nuevo. Hemos sido oposición durante doce años, y ahora podemos ser equipo de gobierno.
Se sigue viendo en el Ayuntamiento en cuatro meses, aunque los sondeos dan al PNV entre cinco y seis ediles. ¡Está en la barrera!
Por naturaleza soy optimista (risas). Aspiramos a sacar más de seis concejales, que es lo que tenemos ahora. Pero si me quedara fuera del Ayuntamiento, además de sufrir mi ego, sobre todo sufriría porque el partido habría perdido un concejal. De todas formas, yo a las encuestas no les doy mucho crédito porque hay variables a la hora de votar que influyen mucho. Las de 2007 nos daban ocho ediles y nos quedamos en seis.
Antes del verano, el proceso de designación del candidato a la Alcaldía fue un tanto convulso. ¿Cómo lo vivió?
No fueron momentos agradables, porque soy amigo de Ramiro González y de Malentxo Arruabarrena. Al final ha habido un proceso interno con Gorka Urtaran como único candidato y tenemos que trabajar codo con codo, sin ánimos de venganza de ningún tipo. No creo que los haya.
Un alcalde debe creer en la política y en los ciudadanos, ser honesto, honrado y responsable. ¿Está de acuerdo con la definición?
Sí.
Es de Urtaran.
Lo sé.
¿Serviría para definirle a él?
Creo que sí.
¿Y a Arruabarrena?
También.
¿Y entonces que tiene Urtaran que no tenga, o no haya demostrado, Malentxo Arruabarrena?
No es que Urtaran tenga algo que no haya demostrado Arruabarrena. Son perfiles diferentes. Al final, depende de lo que se quiera buscar en un determinado momento. Y Arruabarrena renunció a seguir en el primer proceso interno y en el segundo sólo estaba Urtaran. Los tres, incluido Ramiro, tienen cualificaciones muy buenas para ser candidatos del PNV. Y al final ha salido Urtaran.
¿Qué más nos puede contar del candidato jeltzale? ¿Qué puede ofrecer?
Está capacitado para ser candidato y también para ser alcalde, aunque no tenga experiencia. También se hablaba de la juventud de Alfonso Alonso cuando fue elegido alcalde...
Pero Alonso había sido antes edil.
Es cierto. Pero, ¿con cuánto tiempo de experiencia? ¿Y es necesario ser concejal antes que alcalde? Puede ser una ventaja, pero también una desventaja. Con Urtaran entran aires nuevos. Él reivindica una nueva manera de hacer política, y tiene una capacidad de trabajo encomiable. Se ha llevado mucha documentación para ponerse al día. Y eso no lo hace cualquiera. Está trabajando muy duro para estar preparado.
El caso es que es un rostro desconocido para la ciudadanía. ¿A priori, eso no es un hándicap e, incluso, un síntoma de debilidad del PNV?
Discrepo. Muchas veces la gente se refiere a los candidatos a alcalde de Vitoria-Gasteiz como si fueran los candidatos a alcalde de los municipios pequeños, donde es más importante casi el rostro que las siglas que están detrás. Pero la realidad es que lo que ocurre en Madrid respecto a Zapatero y Rajoy influye en los resultados de Vitoria con independencia de que a la gente le caigan bien o mal Patxi Lazcoz o Javier Maroto. Sin embargo, al PNV se le pide que tenga un rostro conocido. ¿Por qué? Nuestras siglas tienen un empuje, un nombre en Euskadi. Así que no considero que sea un hándicap que Urtaran sea un desconocido, aunque entiendo que la gente lo vea de esa manera. En estos meses se tiene que dar a conocer y demostrar que está capacitado.
Otros partidos han hablado incluso de crisis interna del PNV.
Eso es que no conocen al PNV. Es cierto que puede haber más marejadas de vez en cuando... Pero para eso están los batzokis. Son lugares de debate y pensamiento político, no sólo para tomar potes.
Va a haber muchos aspirantes nuevos a la Alcaldía de Vitoria: Aralar, Hamaikabat, UPyD... ¿A quién le pueden hacer daño estos partidos?
En las elecciones de 2009 en el Parlamento Vasco se pensaba que se corría el riesgo de que el voto al lehendakari Ibarretxe se debilitase porque EA se presentaba en solitario. Pero sacó más votos que nunca. UPyD puede hacer daño al PP y PSE. En el ámbito de la izquierda abertzale, esos grupos se pueden hacer daño entre ellos. Hay mucha sopa de letras. A nosotros no creo que nos quiten votos. Más bien se sumarían. De todas formas, la clave de estas elecciones está en la abstención. Y ahí es donde hay que trabajar duro.
El PNV llegará a las elecciones con miembros del partido imputados en una presunta trama de corrupción y espionaje. ¿Afectará al voto?
Creo que no, aunque son noticias que no ayudan al PNV. En cualquier caso, el partido, a todos los niveles, ha reaccionado de forma ejemplar.
Toca ir valorando la acción del equipo de gobierno socialista en esta legislatura. ¿Calificación?
Se ha quedado en un 4,5. Está fallando en la gestión. Podría haber sacado chispas al Presupuesto, la herramienta que el PNV le ha otorgado estos años, pero no le ha sacado el rendimiento que esperábamos. Se ha metido en cuestiones que sólo desvían la atención, como el proyecto Kronos o el Hospital de Santiago.
Y, sin embargo, el PNV le ha vuelto a brindar su respaldo en el último Presupuesto. ¿Por qué tanta generosidad pese al desencanto cuando las elecciones están tan cerca?
No se trata de generosidad. Iñigo Urkullu ha ofrecido a Patxi López la posibilidad de llegar a acuerdos para que Euskadi avance y salir de la crisis. Nosotros estamos aquí en la misma línea. En una situación de crisis, los presupuestos tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento tienen que salir adelante. Por eso, se llegó a un acuerdo. A pocos meses de las elecciones se podría haber estado con unos presupuestos prorrogados, pero la responsabilidad nos dice que tiene que haber Cuentas nuevas. Y también por ese sentido de responsabilidad, el PNV se ha abstenido en los Presupuestos de Euskadi. Ya nos gustaría que otros partidos fueran capaces de hacer lo mismo.
Parece que la idea es que el pacto PP-PSE de Euskadi se extienda a otras instituciones. ¿Olvidaría el PNV su sentido de la responsabilidad?
Habría que ver, primero, cuál es la situación económica tras las elecciones. No obstante, tampoco nos pueden exigir responsabilidad quienes no la ejercen. El PP en Vitoria está cargando contra el centro internacional porque casi toda la financiación la pone el Ayuntamiento y el PP vasco está poniendo trabas para que la aportación del Gobierno Vasco no aumente.
La política es un juego sucio...
Eso me decían amigos y familiares cuando me metí en la política: "ten cuidado, que te vas a hacer malo...". Pero ahora se alegran porque no he cambiado mucho. La política no tiene por qué ser sucia, ni mala. Es el servicio a la ciudadanía. Y en ese contexto, las estrategias son posibles, aunque lo que no entiendo son los cambios bruscos de dirección.
¿Está pensando en el PP y en su nueva postura contraria al proyecto de redensificación?
Por ejemplo. De la noche a la mañana cambia su postura con una argumentación que mezcla churras con merinas: centro internacional, redensificación... Es una estrategia de la ejecutiva del PP en Vitoria-Gasteiz y Álava. Se están comportando de una forma muy agresiva respecto a las elecciones de mayo. Nos lo han demostrado con una precampaña que empezó en enero de 2010. Y sus cambios de postura responden a esto. El PP compartió argumentos con la plataforma contraria a la estación de autobuses y luego se ha desvinculado porque había colectivos de la izquierda abertzale en dicha plataforma. Y ahora que hay voces contrarias a la redensificación se ha apuntado a esa pancarta cuando en reuniones técnicas defendía la redensificación más agresiva.
¿Qué defiende el PNV?
Van a pasar entre quince y veinte años hasta que la redensificación empiece, y para el PNV, antes de que arranque la edificación resultante de este proyecto, deben cumplirse dos cosas: que se garanticen los equipamientos de los barrios antes, y que esa redensificación empiece por los sectores menos habitados, de tal forma que los sectores más habitados no vean la redensificación hasta al menos dentro de veinte años.
¿Virtudes de la redensificación?
La redensificación es buena, porque crea zonas compactas, vida de barrio. Yo, que me crié en Zaramaga, siento que Salburua y Zabalgana están hechos para que cada uno haga su vida sin rozarse con el vecino. Es un error. Además, ahora hay espacios que son auténticas estepas y generan sensación de inseguridad. Y no hablo de la típica chica que va sola, no. Yo, con 36 años y 1,85 de altura, tendría miedo de pasar por esos sitios a ciertas horas.