Vitoria. "Que la planta había bajado su producción durante este año era evidente. No sabíamos si en un 20, un 30 o un 40%, pero sólo con la reducción de ruido ya se notaba". El fiel de fechos de Lasarte, Joseba Bartolomé, confirma que éste ha sido un año atípico para la planta de tratamiento de residuos de la construcción y demolición (RCD) de Vitoria, situada junto a este pueblo. Eso sí, la noticia no ha generado tranquilidad en la zona, sino un nuevo temor: que el recinto busque ampliar sus funciones para remediar esta caída de la actividad.

Un informe municipal, como ya adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, confirma que la planta para RCD prevé cerrar 2010 con una caída del 34,3% en su actividad. Por las puertas del complejo, ubicado junto al vertedero de Gardelegi, han pasado hasta noviembre 100.000 toneladas menos de residuos que durante la misma época de 2009. Este balance supone un freno a la creciente productividad que había registrado el recinto, pionero en Euskadi, desde que cerró su primer ejercicio en 2007. En 2009 incluso rondó las 290.000 toneladas.

Ante estas previsiones, la UTE al cargo del proyecto -Sufi, Lanbide y Escor- lanzó una serie de propuestas al Ayuntamiento de Vitoria, que este lunes dio luz verde a una subida del 3,73% en las tarifas de tratamiento de la planta. Además, también se apuesta por reducir el horario de actividad y por buscar otra función: la de pretratamiento de los residuos industriales no peligrosos, como envases o plásticos, que permitirá reducir la tasa de vertido en el vertedero y ampliar los ingresos del servicio.

Este último punto es el que ha generado más malestar en Lasarte. "Lo que más nos preocupa es que el Ayuntamiento, en aras de buscar la rentabilidad de la planta, se dedique a buscar otros negocios en torno al reciclaje sin tener controlada la afección que estos trabajos pueden tener en la salud, sin explicar qué maquinaria utilizará ni cómo afectará al medio ambiente", explica Bartolomé. El fiel de fechos de la Junta de Lasarte cree que, con esta maniobra, se demuestra que faltó previsión al plantear el negocio que supondría esta infraestructura y que, pase lo que pase, "parece que siempre habrá actividad en esta planta. Nos da miedo que acabe convirtiéndose en un vertedero".

La junta mantiene todavía un contencioso con el Ayuntamiento a raíz del funcionamiento de este servicio, puesto que considera que no se han aplicado diversas de las medidas correctoras que se prometieron para reducir la afección de la planta, no se están realizando de forma correcta las mediciones de emisión y no se han seguido los trámites necesarios durante la puesta en marcha de la instalación. Bartolomé, en cualquier caso, aclara que "eso no quiere decir que Lasarte esté en contra del reciclaje. Al contrario. Pero debe realizarse con garantías".