Vitoria. "Ya no sabemos qué pensar". El portavoz de Salburua Bizirik, Iñigo Lemos, resume así las sensaciones del barrio ante las nuevas acusaciones de la oposición municipal de que la deuda del tranvía conllevará un retraso en los centros cívicos de los nuevos barrios. Desde Zabalgana, mientras, muestran una preocupación similar. El portavoz de Pasabidea, Mario Calvo, también pide "garantías" de que los proyectos avanzan. Y de que tienen el dinero necesario.
No es la primera vez que surgen estas dudas en torno a la financiación de los centros cívicos. Grupos de la oposición ya afirmaron que el gabinete Lazcoz restaba recursos a los nuevos barrios al echar mano de los fondos de la sociedad urbanística municipal Ensanche 21 para confeccionar el presupuesto del futuro palacio de la música. El equipo de gobierno, mientras, negó la mayor e insistió en los avances realizados en la tramitación de los recintos de proximidad de Salburua y Zabalgana, dos infraestructuras que considera "estratégicas".
La historia se repite ahora, a cuenta de la maniobra del Ayuntamiento para abonar ocho millones pendientes al Gobierno Vasco por la implantación del tranvía en Vitoria. Y, mientras los grupos municipales cruzan acusaciones con el gabinete, los vecinos siguen el debate con preocupación ya que, en este tema, llueve sobre mojado. Los nuevos barrios han denunciado con insistencia la falta de servicios básicos y el retraso en los ya planteados. "No podemos estar tranquilos, porque vemos que ha habido retrasos confirmados", apunta Lemos. En Zabalgana también echan en falta novedades en el ambulatorio del barrio -ahora deben acudir a San Martín- y confían en que el Gobierno Vasco mantenga sus previsiones sobre los centros educativos: en 2014 entraría en funcionamiento el centro definitivo de Primaria en Leza y, una año después, el de Secundaria en portal de Zuazo. Sin embargo, Calvo también lamenta que, en estas cuestiones, la certeza de que arrancan los proyectos prácticamente sólo asegura hasta que se inician las obras.
Y, ahora, ante las nuevas acusaciones de que habrá que esperar hasta contar con sus centros cívicos, tanto desde Salburua como desde Zabalgana esperan una explicación al detalle por parte del Consistorio. Salburua Bizirik, de hecho, pidió ayer por carta al Departamento municipal de Hacienda que aclare cuánto cuesta el proyecto, cuánto dinero se ha reservado para llevarlo a cabo y qué plazos se manejan. Y esperan una respuesta por escrito. La asociación ya tuvo un tenso cruce de declaraciones con el Ayuntamiento hace ahora un año, cuando acusó al ejecutivo local de haber prometido la apertura del centro cívico para 2011, y no 2013 como entonces se anunciaba. Ahora, el colectivo vecinal ya no se fía de las palabras, "que se las acaba llevando el viento, y no queremos que se nos trate de locos", apunta Lemos.
El portavoz vecinal cree, por tanto, que es el momento de que el gabinete Lazcoz dé un paso al frente. Salburua es consciente de que, ante la cercanía electoral, corren buenos tiempos para los reproches y las promesas, pero malos para las certezas. Por eso, quiere que el futuro de los centros cívicos se ponga negro sobre blanco. Ya que, hasta ahora, "parece que los nuevos barrios siempre acabamos pagando el pato" de la falta de financiación municipal.
La asociación de Zabalgana Pasabidea, por otro lado, también comparte esa preocupación. "Está claro que, si reservas un dinero para un proyecto y lo quitas, sólo hay dos opciones: o hay un retraso o se obtiene de otro lado", expone Calvo. Por ello, y a pesar de que el Ayuntamiento ya ha elegido un proyecto para el barrio, espera más realidades. "Ya sabemos que quedará muy bonito, que este centro servirá para organizar actividades, que servirá para hacer barrio", apunta Calvo, que considera que, una vez elegido el proyecto y la empresa, el centro se hará; otra cuestión es cuándo. Por ello, confía en que "se garanticen todos los equipamientos previstos" en Zabalgana. De una vez por todas.