Vitoria. La reforma de la plaza Bilbao ha desatado el malestar de los residentes del barrio vitoriano de Zaramaga, quienes tildan de "deficiente" la gestión de las obras, como así lo denuncia su asociación vecinal Iparralde. La señalización de los trabajos se sitúa en el centro de las críticas por considerar que no responde a las variables de la zona. "Acotar el muro que separa la residencia de San Ignacio es no conocer la situación. Los vecinos evitan pasar por ahí porque la consideran la más peligrosa de la ciudad, ya que incluso se habla de tráfico de drogas", protestan.

La polémica también se extiende a las zonas peatonales afectadas por la reforma. A juicio de la asociación Iparralde-Zaramaga, el estado en el que se encuentran algunas de ellas es el "aliado perfecto" para las caídas. Sin embargo, más allá de estas molestias, los vecinos también temen por las personas con movilidad reducida por "tener serias dificultades para moverse por el lugar", agregan.

Hartos de esta situación, los residentes y miembros de la agrupación vecinal Iparralde-Zaramaga instan al Ayuntamiento a que controle todas las reformas que se ejecutan en Vitoria. "No hay un número de inspectores suficientes para verificar las obras. Además, su jornada laboral sólo es matinal, lo cual hace que el control sea limitado y poco efectivo", reivindican los afectados, con el fin de que el Consistorio vitoriano "dé con las soluciones adecuadas".