vitoria. Mientras la capital extiende la alfombra peatonal de la Alhóndiga, bachea sus carreteras y construye carriles para los autobuses y las bicicletas, los caminos de la otra Vitoria, los de parcelaria, se abonan al deterioro. La presidenta de la asociación de concejos, Miren Fernández de Landa, salió ayer del Consejo Territorial de la Zona Rural con las sensaciones de costumbre: abandono e indignación. Esta vez, a cuenta de esas rutas que teóricamente son de uso agrícola pero que todo el mundo utiliza, ya sea a bordo de su coche, en bicicleta o a pie. El Ayuntamiento gasteiztarra sólo ha reparado el 25% de los senderos, pese al acuerdo que firmó con las juntas administrativas y la Diputación. Y, para colmo, el convenio, que está a punto de acabar, podría no prorrogarse.
Los caminos de parcelaria son propiedad de las juntas, un hecho del que se valió el equipo de gobierno para trasladar la responsabilidad de la conservación a las juntas administrativas. Los concejos, por su parte, creen que el Ayuntamiento debe habilitar "una inversión fuerte" para reparar los daños actuales, mantener las vías en condiciones dignas e incluso asfaltar algunas -cosa a la que se niega el gobierno-. Fernández de Landa advirtió de que estas rutas, imposibles de cerrar al público, se deterioran mucho por el paso continuo de todo tipo de vehículos. Y, según dijo, "aunque las juntas nos comprometiéramos a alargar la vida de los pasos, no disponemos de dinero suficiente para mantenerlas en perfectas condiciones". Los concejos no tienen capacidad recaudatoria, por lo que necesitan que la capital asuma en gran medida esta labor. "Sin embargo, no nos ponemos de acuerdo", lamentó la portavoz de los pueblos del municipio.