Vitoria. La adjudicación de la estación de autobuses a los arquitectos Usandizaga, Ruiz de Ocenda y García de Acilu es, por ahora, provisional. Y si por algunos fuera, jamás llegaría a definitiva. La empresa GLM Proyects, una de las ocho que participaron en el concurso de la terminal de Arriaga, está dispuesta a acabar en los tribunales para lograr la declaración de nulidad de la elección -aprobada por el gobierno de Lazcoz con el apoyo del PNV- y la puesta en marcha de un nuevo procedimiento para que su propuesta, semisoterrada e integrada en el parque, vuelva a ser estudiada. La firma sostiene que la sociedad municipal urbanística Ensanche 21 cometió errores y obvió varios aspectos en la valoración técnica de su boceto, lo que le llevó a concluir "de forma injustificada" que era menos funcional que el anteproyecto en el que se basaron los diseños presentados al certamen.

Ese análisis impidió que el trabajo de GLM alcanzara la última criba, la que puntuaba las propuestas en función de su cuantía económica y los plazos previstos para la ejecución de la obra. Una exclusión que también sufrieron otras cinco empresas. De hecho, al segundo apartado sólo llegaron el diseño de la UTE finalmente ganadora, el mismo equipo que había elaborado el anteproyecto de Trakteplan, y el boceto de la empresa Eptisa, muy parecido también al borrador-guía. Eso sí, de momento GLM es la única que ha decidido reivindicarse. Y como por cosas de la ley no se puede acudir al contencioso-administrativo directamente, el primer paso ha sido la presentación de un recurso dirigido al alcalde, presidente del consejo de Ensanche 21, contra el acuerdo de adjudicación provisional de la estación. Si el Ayuntamiento lo rechaza, entonces el proceso saltará a los juzgados. Uno más. El del Palacio de la Música, Congresos y Exposiciones ya llegó a los tribunales, y ahora el Consistorio está a la espera de que se dicte sentencia.

Volviendo al caso de GLM Proyects, la firma intenta demostrar en su recurso que las seis consideraciones que realiza el informe técnico para desechar el diseño por deficiente funcionalidad carecen de rigor. Para empezar, "dos de ellas son erróneas". La firma asegura que Ensanche 21 comete un error de interpretación cuando critica que las rampas de acceso se han previsto medio metro por debajo de la rasante de la calzada, interrumpiendo la acera de Portal de Foronda, ya que lo que se ha dibujado es "una acera plana y clásica sin desnivel". Además, la empresa desmiente la conclusión de que el área de estancia de los usuarios es más reducida que en el anteproyecto. Los números dan la razón a GLM: ese espacio mide 559 metros cuadrados, frente a los 474 de Trakteplan.

por ser semisoterrada Ensanche 21 también basó la exclusión de la estación de marras en que el estrechamiento de la isla central afectaba a la maniobrabilidad de los autobuses. Con una simulación por ordenador, GLM demuestra que esa aseveración no se sostiene. Y con dibujos técnicos, la firma intenta demostrar que con un simple cambio de la pintura de señalización del suelo es posible la circulación completa en torno a la glorieta, otra cuestión que la sociedad municipal le criticaba para justificar baja funcionalidad.

GLM sí asume que puedan producirse colas de buses en las rampas y admite el descenso obligatorio de los usuarios desde el vestíbulo a las dársenas. Pero es que no podría ser de otra forma: su terminal es semisoterrada. Por eso, si estas cuestiones son causa de exclusión, se pregunta por qué el Ayuntamiento permitió la presentación de esta modalidad de terminal. "¿Quería implantar sí o sí un edificio en superficie?", cuestiona la empresa, que además lamenta que no se valoraran otros aspectos funcionales: la existencia de un parking rápido que no aparecía ni en el anteproyecto, pese a su necesidad, ni en el boceto ganador, la garantía de la intermodalidad, la inserción urbanística del diseño en el entorno y su casi nulo impacto en el parque.

En su batalla legal, esta empresa no estará sola. El concurso de la estación acumula ya otras dos alegaciones: las de los grupos municipales de EB y EA, muy críticos con el procedimiento de selección llevado a cabo. Y el PP, otra formación que duda de la transparencia del proceso, podría dar el paso a lo largo de esta semana. Además, la plataforma SOS Arriaga -con la que GLM había contado para realizar su diseño- no ha tardado en mostrar su descontento por la terminal escogida. "Es mediocre desde el punto de vista estético, la más invasiva de todas y no tiene plazas de parking. Funcionalmente es la peor. Su elección es injustificada. Un insulto a la inteligencia". Huele a guerra.