vitoria. "En los nuevos barrios están abriendo unos bares que ya los quisiéramos tener en el centro". Lo dice el portavoz de los hosteleros del Casco Viejo. ¿Halagador?
Es un comentario halagador, un piropo para los barrios del extrarradio. El problema que ahora tienen en el centro es la ubicación, el espacio, la dificultad de abrir... En Salburua no tenemos esas limitaciones, por la cantidad de locales vacíos y por las distancias entre los establecimientos. No obstante, no siempre encuentras lo que buscas donde quieres. Nosotros buscamos un espacio un poco más grande, y no pudo ser.
Dice también que los jóvenes que han ido a vivir a los nuevos barrios se están quedando en ellos los fines de semana por sus bares. ¿De verdad que está resultándole tan fácil al sector hostelero de Salburua atrapar a toda esa clientela potencial?
Los nuevos barrios por lo que se caracterizan es por eso, por ser de gente nueva, y en el 90% de los casos, joven, ya que es aquí donde se están construyendo las VPO. No es que sea fácil captar clientela, sino que la gente toma el café en los alrededores de su casa. Entre semana, la clientela es del vecindario, pero el fin de semana, que es cuando más afluencia en principio deberíamos tener, la gente opta por el centro, porque en el centro es donde están las ofertas culturales. Tanto a lo largo de todo el año como en épocas especiales, como la Navidad, los Carnavales. Es lo habitual en las familias con hijos. Y El Boulevard, que está muy cerca, también se lleva una buena porción.
¿A qué otros inconvenientes se enfrentan los bares de los nuevos barrios frente a los del centro?
En Salburua, la oferta comercial no es atractiva. Prácticamente sólo hay locales de hostelería, basta dar un paseo para constatarlo, y para atraer gente es importante que exista un equilibrio. Lo uno va de la mano de lo otro. Además, la oferta en el centro está más concentrada y eso a la gente le gusta más. Sigue sin ser lo mismo ir del centro a casa que de Salburua a casa. Yo soy un fanático del centro y entiendo a la gente. Aunque el tema del transporte está en parte solucionado con las nuevas líneas de autobús y con el gautxori, a los jóvenes les gusta mucho coger el coche. Y el carné por puntos hace estragos.
¿Por qué decidió abrir Alquimia?
Me vine a vivir al primer bloque que se hizo en este sector, en el entorno de Juan Carlos I. Mis dos hermanos tenían un bar en Judimendi, llevaban 20 años. Nos unimos los tres y decidimos abrir un bar aquí por cambiar, por probar. Acabamos de hacer el cuarto aniversario y estamos muy contentos. Pese a la crisis, que se nota bastante, la verdad.
Y ahora ha decidido poner en marcha una asociación de hosteleros del barrio. ¿Para qué?
De entrada, es una forma de conversar con tu vecino de actividad, que en la mayoría de los casos tiene unas vivencias similares, en lo bueno y en lo malo. Sólo con ese paso es bastante, ya que estamos en una sociedad en la que priman las iniciativas unilaterales y sólo buscamos el éxito propio. Pero, además, estaba cansado de abrir los periódicos y ver sólo promoción de oferta cultural en el centro con el logotipo del Ayuntamiento por debajo. Hay cosas que no entiendo... Tenemos muchas trabas, normalmente administrativas, de ocupación de aceras... Y luego en la Virgen Blanca plantan una pista de hielo. Yo quiero que mi barrio se mueva, como vecino y como hostelero, porque en estos años ha ido decayendo. Así que el objetivo de la asociación es sumar fuerzas, organizarnos, para dinamizar la vida de Salburua. Las iniciativas que se realizan en el centro se pueden trasladar al extrarradio y hacer barrios más atractivos. Disponemos de un espacio maravilloso y, en muchos casos, desperdiciado.
Un objetivo ambicioso. ¿Qué acciones concretas se ha planteado ya la asociación para materializarlo?
En un principio nos vamos a subir al carro de la oferta gastronómica de los jueves, la famosa ruta del pintxopote. La gente del barrio lo demandaba, y así no se tiene que ir a otras zonas de la ciudad.
¿Pintxo-pote estilo Gorbea o más elaborado, tipo Virgen Blanca?
Cuando escuché que la Virgen Blanca iniciaba su pintxo-pote de calidad me quedé blanco. ¡Era nuestra idea! Se adelantaron. La idea es que los pintxos que se pueden disfrutar los fines de semana en el local entren en la ruta con un vino de una bodega de renombre de Rioja Alavesa.
¿Un euro o dos euros el dúo?
En medio: 1,50 euros.
¿Alguna otra idea más allá de la gastronómica?
Como nuestro objetivo es dinamizar la vida del barrio, vamos a tratar de que también se adhieran comercios de la zona. Ideas hay muchas... Por un lado dirigidas a las familias, ya que muchos de los jóvenes que llegaron a Salburua hace unos pocos años son ahora padres de familia. Queremos organizar eventos infantiles a lo largo del año, actos para reforzar las fiestas del barrio, la Navidad... Y también otras actividades para los que aún no tienen hijos, actuaciones de magia, monólogos... Hasta ahora los hosteleros hemos hecho cosillas, pero por separado. Se trata de organizarnos en red, de manera coordinada. Ésa es la clave.
Los vecinos seguro que se lo agradecerán. ¿Pero su estrategia es también atraer a un buen número de vitorianos de otros barrios?
Que venga todo el que quiera. Nosotros lo que queremos es crear un barrio atractivo para todos los vitorianos que se sume a la oferta de ocio actual de la ciudad. Y, por supuesto, sin quitar nada a nadie.
Por muy dinámico que se vuelva el barrio, siempre estará el inconveniente de la distancia, ¿no?
Yo no lo veo así. Estamos a diez minutos reales del centro andando. Estamos bien posicionados. Pero es cierto, como decía antes, que la gente nos ve lejos y tampoco está acostumbrada al autobús.
Le doy la oportunidad de que venda los atractivos de su barrio para que los vitorianos se animen a venir.
Este barrio tiene una fusión entre naturaleza y urbanismo como ningún otro. Puedes estar fotografiando un ciervo y a los cinco minutos degustar un pintxo ganador de un concurso. Eso es un lujo. Y sin necesidad de vehículo privado. Además, debo decir a nuestro favor, que los nueve bares de la asociación están regentados por los propietarios, lo que siempre se traduce en un trato al cliente excepcional.
¿Es una hostelería de calidad la de Salburua? Se lo pregunto porque, últimamente, el Ayuntamiento acuña mucho ese término, sobre todo al referirse al proyecto de revitalización del Casco Viejo.
¿Qué es hostelería de calidad? Que den pautas que lo expliquen. En Salburua tenemos locales nuevos en grandes avenidas, abrimos de siete de la mañana a una de la noche los siete días de la semana... Habría que preguntar a los clientes qué es calidad. Aquí, ellos se sienten como en casa. ¿Qué más calidad que ésa le puedes pedir a un local?