- Tras la crisis provocada por la pandemia, la economía de Rumanía está creciendo más que ninguna otra en Europa gracias al auge de su sector tecnológico y a la versatilidad de sus empresas, destacan los analistas. Según datos de Eurostat, la economía rumana creció en el primer trimestre del año un 2,8%, la tasa más alta de toda la Unión Europea (UE), si bien el país balcánico aún enfrenta problemas crónicos de deuda y déficit.

¿Qué explica esta pujanza de Rumanía, en un contexto en que la abrumadora mayoría de las economías del mundo no han conseguido volver a los niveles de Producto Interior Bruto (PIB) de antes de la aparición de la covid?

Clara Volintiru, profesora asociada de la Academia de Estudios Económicos de Bucarest, apunta a la explosión de los trabajos remotos como la principal explicación a este fenómeno. “Los servicios de consultoría y las tecnologías de la información representan buena parte de la actividad económica con alto valor añadido en Rumanía, y su auge en el contexto creado por la pandemia ha generado un crecimiento económico”, explica.

La profesora alude, asimismo, a la inyección de ingentes cantidades de dinero público, que compensaron las pérdidas por el parón del confinamiento y las sucesivas restricciones, y han llevado a una explosión del consumo.

Otros factores importantes son, a su juicio, el crecimiento de las empresas de reparto y la capacidad de adaptación mostrada por la hostelería, que se ha reinventado para compensar los cierres con la distribución de comida a domicilio.

Rumanía tiene la oportunidad de apuntalar esta expansión económica con el dinero del Plan de Recuperación de la UE. La entrada de los cerca de 30.000 millones asignados para Rumanía “significarían un punto adicional de crecimiento del PIB”, explica el profesor de Economía de la Universidad Rumano-Americana de Bucarest, Bogdan Glavan.

Pese a estas buenas noticias, y a que la Comisión Europea prevé para Rumanía un crecimiento del 7,4% en 2021 (frente al 4,8 % de la UE y la zona euro), rebajar un déficit público ya disparado antes de la pandemia sigue siendo un reto urgente para la economía rumana.

Tras cerrar 2020 con un déficit de cerca del 10%, el Gobierno conservador liberal rumano espera reducirlo a final de este año hasta el 7%, una cifra que queda muy lejos del umbral del 3% acordado por los países de la UE. “Este déficit no es sostenible”, dice el profesor Glavan, que advierte de que no será tolerado por la UE.