- “Los propietarios de los salones están muy preocupados. Nos parece una regulación muy dura”. A la espera de conocer “el texto definitivo, que aún no se ha publicado”, Peio de Frutos, secretario general de la Asociación de Salones de Euskadi, considera “excesivo” el endurecimiento del Reglamento General del Juego anunciado la semana pasada por el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka. “El Gobierno Vasco actualiza la normativa a lo que la sociedad demanda, pero en esta revisión es muy estricto y establece demasiadas limitaciones a nuestra actividad”, señala.

Ajustar la oferta “a los márgenes socialmente tolerables”, prevenir “el juego problemático y patológico” y proteger a los menores son tres de los objetivos que se persiguen con las nuevas medidas, que establecen, por ejemplo, una distancia mínima de 500 metros entre locales y de 150 entre estos y los centros educativos. Una restricción que para De Frutos “no tiene sentido porque los menores no pueden entrar en nuestros locales, estén aquí o allí, y además juegan con el móvil que tienen en el bolsillo. El problema no somos nosotros”.

Tras asegurar que “se vigila estrictamente la no presencia de menores” en los establecimientos de juego, reconoce que “igual algún chaval de 17 años y medio intenta colarse en un salón como podría hacerlo en una discoteca”, pero aclara que no es una práctica extendida. “Alguna incidencia igual habrá, pero que en todo un año en todos los salones de Euskadi pueda haber cinco chavales que se hayan colado y se les haya pillado no genera una alarma social”, sostiene.

Refuerza su argumento recordando las sanciones que conllevaría esta infracción tanto para los propietarios como para los menores. “¿Un pequeño empresario se va a arriesgar a que entre un menor a jugarse un euro y le pongan 60.000 euros de multa? Además, en todos los salones de juego hay un letrero donde dice Prohibida la entrada a menores y si un menor entra, es sancionado con hasta 2.500 euros. Más claro, agua”, zanja.

Dispuesto a “cumplir” con el reglamento, que supondría el cierre de 39 salones de juego en Euskadi, afirma que “no hay ninguna evidencia científica que diga que la distancia de un centro escolar con un local de juego tenga mayor o menor incidencia” y destaca que “muchos salones de juego estaban antes del colegio”. “Cuando leamos la normativa, veremos qué decisiones hay que tomar, pero no creo que puedan decir: Ahora tú cierras y tú no porque estamos en un Estado de Derecho y hay una seguridad jurídica. A un empresario al que le has dado una licencia e igual ha invertido 800.000 euros en una instalación de un local en el centro de una ciudad no le puedes decir: Coge tus bártulos y vete para casa. Tendrá algún derecho de recurso o algo. Habrá que verlo”, explica.

Pese a la “preocupación” del sector, que da empleo a 2.500 personas, el portavoz de la Asociación de Salones de Euskadi tiene “la confianza de que en el País Vasco la regulación siempre ha sido coherente y ordenada y se ha hecho con consenso, aunque la interlocución últimamente esté siendo más complicada”, por lo que trata de transmitirles “tranquilidad” a los afectados hasta que tengan la certeza de “cuáles van a ser las consecuencias finales”. “Si hay que hacer una reconversión industrial, habrá un presupuesto por detrás u otras posibilidades de movimiento. Tendremos que estudiarlo”, apunta.

Para terminar, De Frutos pone el foco en el juego online, la lotería y los juegos instantáneos de la ONCE. “Es imposible ver a un niño en un salón de juego, pero igual ves a los padres con sus hijos en la cola comprando lotería de Navidad. Está más admitido socialmente porque parece que no es juego y sí lo es”, advierte. “También en los quioscos de la ONCE ves a chavales: Oye, por favor, dame dos rascas y eso es lo que tendrían que regular, aunque no es competencia del Gobierno Vasco, sino del Ministerio del Interior de España”, aclara.

“¿Un empresario se va a arriesgar a que entre un menor a jugarse un euro y le pongan 60.000 euros de multa?”

Asociación de Salones de Euskadi