La presión hospitalaria no afloja. Al revés, aumenta, con 356 vascos ingresados por covid. Los hospitales vascos encadenan una racha muy negativa y contabilizaron el lunes 49 ingresos, quince más que el domingo. En total, necesitan cuidados en planta 283 personas, dos más que un día antes. Pero la peor parte se la llevan las Unidades de Críticos que vuelven a tocar el techo de esta quinta ola y ya atienden a 73 pacientes en estado muy grave, uno más que el domingo y cuatro más que una semana antes. Se trata de la peor cifra desde junio.

Una sobrecarga hospitalaria que va a condicionar las decisiones del LABI técnico que mañana preside el lehendakari Iñigo Urkullu y que previsiblemente impedirá abrir la mano de las restricciones. Hoy mismo, el alcalde de Donostia, Eneko Goia se mostró preocupado por este extremo y apuntó que habrá que ver "cuales son las prospecciones que está haciendo el LABI técnico ya que la ocupación hospitalaria sigue una línea opuesta a los contagios y no sabemos hasta dónde llegará".

TODA EUSKADI EN ZONA ROJA

A pesar de que la incidencia del virus ha bajado durante 17 días consecutivos y se sitúa ya en 522 casos por 100.000 habitantes, toda Euskadi sigue en la zona roja. Con los datos del lunes, 48 localidades vascas de más de 5.000 habitantes tienen tasas de incidencia que superan los 400 casos, entre ellas las tres capitales. En total, hay 29 poblaciones vizcainas, 17 guipuzcoanas y dos alavesas en máxima alerta.

La detección de 641 positivos describe una mejoría en el porcentaje de positividad, que se sitúa en el 9,4% de las 6.826 pruebas diagnósticas realizadas. Sin embargo que esta ola esté decreciendo no parece que permita levantar el pie del acelerador en las medidas impuestas ya que la curva baja a un ritmo cada vez más lento. A la vista de estos datos, los expertos de la Comisión Técnica del Plan de Protección Civil (LABI) elaborarán mañana un dictamen con recomendaciones sobre modificar o no las medidas que están en vigor desde el pasado 22 de julio y será el lehendakari quien decida si convoca la comisión interinstitucional.

MEDIDAS POLÉMICAS

Si se prorrogan las medidas decretadas el pasado día 23 de julio, se continuará con la obligatoriedad de uso de mascarilla en entornos urbanos transitados. Además los afectados por un caso de contagio o por ser contacto estrecho tienen la obligación de colaborar en las labores de rastreo. Asimismo está decretado el autoconfinamiento y autoaislamiento ante los primeros síntomas de contagio. Y la ciudadanía deberá, de forma voluntaria, autolimitar su movilidad nocturna entre la una y las seis de la madrugada; así como restringir las agrupaciones a un máximo de seis personas.

Pero son el cierre a las 01:00 de todas las actividades y el aforo máximo del 35%, las medidas que siguen levantando más ampollas. Cuentan, por ejemplo, con el rechazo de los hosteleros que demandan dejar de ser los paganos de la pandemia aunque se muestran escépticos sobre la relajación de medidas.

Para Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, estas medidas son incluso contraproducentes frente a botellones y no fiestas. "Ahora sería un buen momento para abrir la mano. No creo que por volver al cierre a las dos de la madrugada, o por rescatar el 50% de aforo en interiores, la tendencia de la pandemia vaya a variar", estima.