Al igual que en 2011 pero con más papeletas y mayor porcentaje de votos. Como Martín Garitano hace doce años, Maddalen Iriarte ganó ayer las elecciones a las Juntas Generales de Gipuzkoa para EH Bildu. Lo hizo superando los 120.000 apoyos –4.000 más que hace cuatro años– y llegando a los 22 junteros, lo que coloca a la coalición en una posición inmejorable para gobernar, aunque no le quedará otra que buscar acuerdos para ello y ahí es donde pueden aparecer las dudas. No en vano, el PNV anunció ayer que presentará la candidatura de Eider Mendoza. Es decir, que van a ser el PSE y el PP los que tengan la llave.
Con todo, la victoria de EH Bildu dejó pocas dudas. De 17 junteros, la candidatura de Iriarte pasó a 22, situando a la coalición en una situación de privilegio a la hora de hacerse con la Diputación. Eso sí, los siete junteros obtenidos por los socialistas –que perdieron dos representantes en la cámara y más de 10.000 votos– van a ser determinantes. La decisión que adopten el PSE y el PP marcará si el PNV consigue retener el puesto de mando o si EH Bildu consigue, como lo hizo con Garitano, gestionar el territorio.
También cayó, además de manera importante, Elkarrekin Podemos –perdiendo más de 10.000 votos y dos junteros–, mientras que el Partido Popular consiguió recuperar parte del aliento tras el desastre al que se enfrentó hace cuatro años.
Que ayer EH Bildu celebrase en Donostia, en Tabakalera, su gran noche electoral no fue una casualidad pero la coalición va a tener que hacer algo más para volver a gobernar en Gipuzkoa. Aunque la suma de PNV y PSE no es suficiente, el PP ya ha dejado claro en varias ocasiones que allí donde sus votos sean necesarios para que la coalición abertzale no gobierne, actuará en consecuencia.
Goia consigue mantenerse
Ya se sabía antes de que se abriesen las urnas que la lucha por el Ayuntamiento de Donostia entre el PNV y EH Bildu iba a ser intensa y la jornada electoral no defraudó. Juan Karlos Izagirre se lo puso muy complicado a un Eneko Goia. Aún así, a pesar de la escasa diferencia de votos, el actual alcalde tiene en su mano repetir en el puesto. Eso sí, cabe recordar que hace cuatro años la diferencia entre ambas formaciones fue de más de 13.000 papeletas. En esta ocasión, ronda los 1.000 votos.
Una de las noticias de hace cuatro años fue el descalabro del PSE, que contrastó con los buenos resultados del mismo partido en Bilbao y Vitoria. Ayer, aunque no recuperaron todo lo perdido, los socialistas pudieron respirar algo más tranquilos. De hecho, consiguieron ganar uno de los ediles perdidos.