El PNV no va a aceptar más pretextos para seguir aplazando la transferencia del Ingreso Mínimo Vital a las instituciones vascas. El silbato que marcará el final del partido va a sonar en la tramitación de los Presupuestos estatales para el año próximo. No va a admitir retrasos más allá. El ministro Escrivá parece haber encontrado un nuevo clavo ardiendo al que agarrarse para retrasar aún más la transferencia del Ingreso Mínimo Vital, que tendría que haber llegado el 31 de octubre de 2020. Tras meses de bloqueo, el ministro de la Seguridad Social se abrió la semana pasada a aceptar un sistema de ventanilla única para que las instituciones vascas gestionen el pago de esta ayuda a los ciudadanos, pero lo condicionó a aprobar un cambio legislativo para el que no puso fecha. Ámbitos del Gobierno español consultados por DEIA confirman que José Luis Escrivá invoca algunas cuestiones técnicas relacionadas con la tramitación de la ayuda en el Congreso de los Diputados y por eso no da luz verde a la transferencia.

El PNV ha dejado ver este lunes por boca de su portavoz en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, que este cambio legislativo no puede ser un pretexto para seguir demorando la transferencia íntegra, y que debería resolverse en el marco de los Presupuestos y en una negociación entre los gobiernos vasco y español. Este asunto puede embarrar la negociación de los Presupuestos estatales del próximo año con el PNV, que este lunes ha exigido "gestos" en Radio Euskadi, y ya avisó hace días de que Sánchez debe cumplir los acuerdos firmados previamente como cláusula de confianza para seguir avanzando en nuevos compromisos.

Los jeltzales siguen defiendiendo que el decreto 20/2020, tal y como lo pactaron el año pasado con el Gobierno español, ya recoge la transferencia a Euskadi y, por lo tanto, ya aparece en la ley y no hay que reinventar la rueda. En concreto, aparece en la disposición adicional quinta del decreto 20/2020 por el que se establece el IMV, donde se admite que, "en razón de la especificidad que supone la existencia de haciendas forales, las comunidades autónomas de régimen foral asumirán con referencia a su ámbito territorial las funciones y servicios correspondientes que en este real decreto ley se atribuyen al Instituto Nacional de la Seguridad Social"; y que "en tanto no se produzca la asunción de las funciones y servicios", se acordará "una encomienda de gestión", de manera que el traspaso a medias que plantea Escrivá era simplemente una solución provisional, no para siempre, tal y como reconoce por escrito este decreto.

LA PROPUESTA DE ESCRIVÁ

Escrivá ha planteado durante meses que Lanbide solo asuma el trámite inicial de la ayuda, y sea la Seguridad Social quien autorice y realice el pago de la prestación social. Supone establecer una tutela sobre Lanbide, y ponérselo más difícil al ciudadano que pide la ayuda, porque tendrá que hacer un peregrinaje de ventanilla a ventanilla. Escrivá decía hasta hace poco que eso es lo que pactó con el PNV y que el grupo vasco pretende ir más lejos. La oferta que planteó fue rechazada a finales de mayo por el Gobierno vasco. Tras la reciente reunión entre la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, y la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, el Gobierno español se comprometió a enviar otra propuesta en octubre y convocar la Comisión Mixta para que firme un acuerdo antes de finales de año.

Poco después, Escrivá se abría a la ventanilla única, pero insistió en que no es lo que dice la ley y habría que cambiar la normativa. Los jeltzales quisieron ver el "vaso medio lleno" y esperar a que su presión y la de Garamendi dé frutos, pero también conocen a este ministro y, a medida que pasan las horas, se multiplica su presión al Gobierno español. Octubre será un mes clave.

El PNV dice que, en el caso de que Escrivá quiera retocar la normativa, debería hacerlo en paralelo a la aprobación de los Presupuestos estatales y no aceptará más retrasos. "El IMV ya está en la ley. Si ellos creen que habría que retocar la ley, entiendo que habría que hacer una modificación en todo caso dentro de los Presupuestos. Pero para eso tendrán que ponerse de acuerdo entre ambos gobiernos. Y lo que no vamos a tolerar es que esto se retrase más, porque el acuerdo en sí estaba hecho, se introdujo en la ley, y el ministro Escrivá tiene todos los mecanismos para llevarlo adelante. Para malestar del propio Gobierno español, según me manifiestan otros ministros, Escrivá pone unas pegas que nadie más que él ve", zanjó Esteban.

EL MALESTAR Y LOS GESTOS

El malestar del PNV con Escrivá crece y no le genera nada de confianza. Este mismo lunes, Esteban ha rechazado de manera categórica el nuevo desliz del ministro sobre las pensiones, que insinuó la posibilidad de alargar la vida laboral hasta los 70 o 75 años y después rectificó.

Ante la pregunta de si el IMV es una línea roja para aprobar las Cuentas, Esteban respondió que su partido exige "gestos" para aprobar las Cuentas estatales del año que viene, y avisa de que no cabe esperar su apoyo sin más. Esteban lleva negociando las Cuentas desde finales de agosto y reclama que las cosas se muevan. Dijo que están hablando de cuestiones en paralelo a los Presupuestos y que deberían recibir un "impulso". Avisó de que "lo que el Gobierno no puede hacer es esperar lisa y llanamente el voto favorable del PNV per se, a pesar de que estemos a favor de que continúe la legislatura". "Esto, al final, tiene que ser recíproco", aclaró.

El PNV ha mencionado estos días el IMV, las transferencias en general para cumplir el Estatuto de Gernika, y el soterramiento del Tren de Alta Velocidad en Bilbao y Gasteiz. En materia puramente presupuestaria, exige un reparto justo de los fondos europeos.

TURBULENCIAS CON MÁS SOCIOS

Los seis votos del PNV son necesarios, pero los problemas de Sánchez van más allá. Los Presupuestos han sido nuevamente el telón de fondo de un choque entre los dos partidos que se sientan en el Consejo de Ministros, Unidas Podemos y el PSOE. De hecho, el proyecto de Presupuestos no podrá presentarse este martes por estas discrepancias. Podemos volvió a avisar este lunes de que Sánchez no tiene sus votos ni los de otros socios, e insistió con la reforma fiscal (para fijar un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades para las grandes empresas) y la nueva ley de vivienda con la regulación del alquiler (comenzó a maniobrar la semana pasada para impulsar una propuesta con ERC y EH Bildu).

Isa Serra y Pablo Fernández opinaron que la subida del salario mínimo que se aprobará este martes marca el camino al PSOE. En paralelo, el Congreso debatirá una proposición no de ley de Unidas Podemos que reivindica el tipo mínimo en el Impuesto sobre Sociedades. También hay presiones sobre la reforma laboral.

La detención de Puigdemont podría no condicionar las Cuentas porque parece que quedará en nada, y se asume que la maniobra es cosa del Tribunal Supremo y no de Pedro Sánchez. Pero Junts ha redoblado su presión a ERC cuestionando la utilidad o la sinceridad de la mesa de diálogo, y los republicanos aseguraron este lunes por boca de Marta Vilalta que su apoyo a las Cuentas cada vez está más "lejos". El president Aragonès, eso sí, receló del frente común con Junts en el Congreso si el objetivo es "arrastrar a ERC hacia el no".