- Marta Sugrañes (Santa Coloma de Queralt, Tarragona, 1978), no descarta que en función de los resultados, se tarden semanas o incluso meses en que cristalice un govern. A su juicio, tras muchos años de procés, “de golpe la pandemia nos ha situado ante la realidad, ante los déficits sanitarios, problemas reales que antes no estaban en el debate público y ahora están”.

¿Cuál es su primer diagnóstico según lo visto en esta campaña?

-Creo que como acostumbra a pasar, se ha vuelto a polarizar más, y esa sensación que había de que muchos partidos querían ser más transversales y de intentar buscar esa reconciliación después de lo que ha pasado con el procés, las luchas electorales han hecho que eso sea más difícil. En estas elecciones lo que se va a dirimir es si el independentismo pone los pies en el suelo, si es más realista, y tengo dudas de si se va a volver la situación que hemos vivido en los últimos tres años, porque creo que Esquerra todavía está un poco atrapada con Junts per Catalunya, con la idea de ser traidores. En esta campaña eso se ha vuelto a acentuar.

La aritmética se prevé muy difícil.

-El escenario sigue abierto. Pero creo que lo más interesante a partir del domingo por la noche puede pasar en Madrid. En función de cómo queden los resultados, estaremos muchas semanas, o incluso meses para conseguir la formación de un Ejecutivo, y quien puede tener un papel destacado es el Gobierno central.

Estos días se ha percibido un mayor foco a las desavenencias entre los socialistas y Unidas Podemos.

-La clave va a ser ver si pasadas las elecciones esos piques entre los dos socios del Gobierno de coalición continúan o se rebajan. Si han sido solo fruto de la confrontación de una campaña o van más allá.

Le ha tocado hacer debates por provincias. Desde un punto de vista de sociología política, las diferencias existen y se perciben.

-Es muy interesante, porque cuando traes no a los cabezas de cartel, los que son presidenciables, sino a otros miembros de la lista, los debates acostumbran a ser menos encorsetados y más ágiles, y se habla más de propuestas y de territorio. Al final en Catalunya también hay mucho centralismo. Barcelona marca mucho. Dar voz al resto de provincias y candidatos que se presentan está muy bien y nos da otra visión de la política.

Por más que aparcase las prisas, el independentismo se mediría por sus acciones la próxima legislatura. ¿Un callejón sin salida para Junts?

-Sí, es su hándicap, porque todavía hay una parte del independentismo que no ha querido asumir la realidad. Juegan con eso. La situación es complicada, llevamos tres años y se ve que no han sido suficientes para iniciar ese proceso de cambio y de poner fin a las tensiones y divisiones que creó el procés sobre todo en 2017. Seguramente se necesita todavía más tiempo y lo que hace falta algún gesto más por parte del no independentismo o del constitucionalismo, sobre todo del Gobierno de España. Porque esa transición que Esquerra ya ha iniciado pero que no acaba del todo se podrá hacer en el momento en que no tenga presos en las cárceles. Mientras existan los presos, yo creo que es muy difícil que Esquerra tenga el valor para dar ese salto y desmarcarse del todo de las ideas de Junts per Catalunya y de la confrontación permanente.

¿Para que haya cambios por parte del PSOE cree que es necesario que el PSC participe activamente en el futuro gobierno?

-No tiene que por qué participar activamente, pero sí que tiene que ser necesario. Puede ser un apoyo externo, tanto por parte de Esquerra o del PSC, si gana uno de estos dos. Pero ahí sí el Gobierno central tendría un papel destacado para poder facilitar esos futuros pactos.

¿Qué papel le otorga al PDeCAT? ¿Puede limar votos a Junts?

-Incluso a Esquerra, porque en el eje nacional tienen más parecidos con ERC. Pueden dar la sorpresa, porque como se han quedado con los derechos de Junts per Catalunya, están haciendo, creo, una buena campaña. Tienen bastante presencia porque les toca por ley electoral en los medios e igual acaban teniendo un papel clave si se quieren sumar o no a un gobierno independentista o incluso dar apoyo desde fuera a uno no independentista. Recordemos que el PDeCAT se desmarcó de Junts a la hora de dar apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. Si entran, pueden ser claves./ Foto:

“Esa transición que Esquerra ya ha iniciado, pero no acaba del todo, se podrá hacer en el momento en que no tenga presos en las cárceles”