- El responsable de Derecho y Coordinación Institucional de Eusko Alkartasuna, Edriga Aranburu, aseguró ayer que el apoyo de EH Bildu a los Presupuestos Generales del Estado del presidente Pedro Sánchez “no será un cheque en blanco ni un voto a ciegas para sostener al Gobierno español”, a la par que indicó que “el cabreo del PNV al ver a EH Bildu hacer política en Madrid en colaboración con los sectores más progresistas del Estado no desmerece al de Pablo Casado”.

En un escrito publicado en web de EA, y titulado ¡Es el momento de jugar el partido!, Aranburu afirmó que las recientes declaraciones del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en las que avanzó el apoyo de la coalición a Sánchez, han generado “un gran revuelo entre quienes siempre se han autoproclamado como los únicos interlocutores vascos en Madrid; también, evidentemente, entre la derecha y la ultraderecha que, desgraciadamente, han resucitado el fantasma de ETA”. A juicio de Aranburu, “todos ellos -en referencia a los jeltzales, pero también a algunos barones del PSOE, y la derecha y ultraderecha española- ven peligrar eso que se ha llamado el régimen del 78, en el que está la Constitución pero también el Estatuto de Gernika, tal y como (no) se ha desarrollado y se ha pisoteado, no con las potencialidades de su origen”.

Sin embargo, el dirigente de EA apuesta por mantener a la coalición en la senda de la “centralidad” recientemente adquirida en Madrid, aunque sea realizando una maniobra inédita en la historia de la izquierda independentista, como es el apoyo a un gobierno español. “Somos de fiar, sabemos hacer política y la hacemos, por lo tanto, tenemos que seguir aprovechando el momento creado por los Presupuestos Generales, siempre con los pies en el suelo, pero teniendo nuestro horizonte claro”. Es más, advirtió que su formación ”siempre ha estado (y estará) en los acuerdos, escenarios o decisiones más importantes a favor de Euskal Herria, entre otras cosas porque para eso nacimos”.

En todo caso, Aranburu apunta hacia un escenario en el que la ciudadanía vasca pueda decidir libremente su futuro. El momento, según alude, es propicio. Y lo es por una “combinación interesante de factores”, como el auge de los movimientos independentistas y de izquierdas de Euskal Herria y Catalunya; el Gobierno más progresista que ha tenido el Estado; y una serie de factores como la caída en picado de la imagen de la monarquía o la conciencia social que ha puesto en valor el sistema público durante la crisis sanitaria. “No diremos que estamos ante una tormenta perfecta para la consecución de las repúblicas, pero existe una ventana de oportunidades que sería muy irresponsable dejar pasar”, evidenció. Por último, alude a que se debe “aprovechar la ocasión para profundizar en el derecho de decisión de Euskal Herria y dar pasos firmes en la resolución del conflicto en un contexto de democratización del Estado español. Lo repetimos, no diremos que estamos cerca, pero nunca hemos estado menos lejos”, zanjó.