- La polémica sobre el secretario general de Parlament, Xavier Muro, que se negó a publicar algunas de las resoluciones de la Cámara sobre la monarquía, ha desatado una nueva tormenta en el seno del independentismo que profundiza en la pugna entre JxCat y ERC por liderar el soberanismo tras el paso por las urnas. Los posconvergentes no comulgan con el pragmatismo de los republicanos en un contexto donde permanece la “represión” y censuran cualquier guiño de aproximación al Estado de Esquerra. Carles Puigdemont, que ayer procedió a publicar esas resoluciones de la discordia en su cuenta de Instagram, y Quim Torra han metido en las últimas horas el dedo en la llaga secesionista. Si el actual jefe del Govern se siente “decepcionado” por esta divergencia entre las dos formaciones, el president en el exilio advirtió ayer de que “renunciar a la soberanía del Parlament y ser buenos chicos no llevará ni menos represión ni más libertad” después de que la Mesa, con apoyo de ERC, rechazara la propuesta de JxCat que pedía la publicación íntegra de esas consideraciones y el cese del secretario general.

Puigdemont publicó los cinco fragmentos que no se insertaron en el Butlletí Oficial del Parlament de Catalunya (Bopc) por considerar que podían contravenir sentencias del Tribunal Constitucional (TC). “Estos son los fragmentos de las resoluciones votadas y aprobadas por el pleno del Parlament que se han censurado”, destacó el líder de Junts, acompañando sus palabras de los citados textos, y de una imagen en la que se ve el cuerpo del dictador Francisco Franco, cuya cara se divide por la mitad junto con la del rey emérito y la de Felipe VI. Muro excluyó la parte donde se ratificaba que el único camino para superar el régimen monárquico es constituir una república catalana y el inciso “blindar la continuidad de una monarquía delincuente’”, así como que el rey haya participado, con el resto de poderes del Estado, en la “represión de los derechos del pueblo catalán”. Aunque en la Mesa no hubo ninguna votación, en el acta de la reunión se recogerá que se ha rechazó la propuesta de JxCat, con el rechazo de ERC, C’s y PSC.

Por su parte, Torra comentó que entiende que haya gente “decepcionada” porque el independentismo no haya culminado el proceso hacia la república: “Yo mismo lo estoy”. “Yo no me podía esperar que, en una situación con presos y exiliados, se produjeran según qué acciones, sinceramente”, indicó en una entrevista a la agencia ANC. El president evoca que, cuando aceptó ser candidato a la Generalitat, pensaba que el debate constituyente serviría para terminar un proyecto de Constitución para ser refrendado, y avanzar así hacia la implementación de la república. De lo que está convencido es de que el 1-O debe ser el eje de la estrategia independentista. “Cualquier salto colectivo que nos planteamos solo puede producirse si se vuelve a repetir esta fórmula mágica”, defendió tras apelar a la “unidad” entre instituciones, partidos, entidades y ciudadanía.

“El 1 -O, que es un acto de confrontación con el Estado, es el momento que llegamos a tocar la independencia con las puntas de los dedos. No sé por qué todo lo que llevaron adelante los compañeros en la cárcel y en el exilio no debe seguir siendo lo que ahora tengamos que hacer los que tenemos algunas responsabilidades. No entiendo por qué deberíamos cambiar de estrategia“, reflexionó en clara alusión a ERC, aunque sostiene que no se ha planteado “nunca” echar a ningún dirigente republicano del Govern: “Todos los consejeros gozan de mi confianza”. A su entender, el cometido de Puigdemont tenía un objetivo “fabuloso, ilusionante y estelar”, en referencia al 1-O. Y que, en cambio, su Ejecutivo se topó con un escenario “más defensivo, de recuperación y de resistencia”, de ver dirigentes en prisión y en el “exilio”, y de afrontar varios juicios.