-El presidente saliente de EEUU, el republicano Donald Trump, defendió ayer martes como “totalmente apropiada” su arenga para que sus seguidores marchasen hacia el Capitolio, que desembocó en un asalto al Congreso, a la vez que rechazó la violencia en medio de un ambiente de tensión política no visto en EEUU en décadas.

“Si lees el discurso (...) la gente pensó que lo que dije fue totalmente apropiado”, afirmó ayer el mandatario a los periodistas en la Casa Blanca poco antes de salir de viaje hacia Texas, para visitar las labores de construcción del muro fronterizo.

“No queremos violencia”, agregó.

Se trata de las primeras declaraciones públicas de Trump tras la caótica jornada del miércoles pasado, que dejó cinco muertos, en la que una turba de sus seguidores asaltaron el Capitolio.

En medio de la convulsión política y a apenas a ocho días de que deje la Casa Blanca, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, ha anunciado que abrirá un nuevo proceso de enjuiciamiento político bajo la acusación de “incitar una insurrección” por el asalto al Capitolio de la semana pasada.

En un hecho sin precedentes en la historia reciente, la Cámara tenía previsto votar ayer (ya de madrugada en España) para instar al vicepresidente, Mike Pence, a destituir a Trump, bajo la enmienda 25 de la Constitución, algo poco probable que ocurra dado su rechazo, por lo que se pasará a la votación del enjuiciamiento hoy miércoles.

El proceso iniciado este lunes en la Cámara Baja promete obligar al Senado a someter a Trump a un juicio político que se desarrollará cuando el presidente electo, Joe Biden, ya esté en el poder, y que por tanto no tendrá como principal objetivo la destitución del mandatario sino su posible inhabilitación para ejercer futuros cargos políticos. Trump calificó la apertura del segundo juicio político en su contra como algo “absolutamente ridículo” y “una continuación de la mayor caza de brujas de la historia de la política”.Asimismo, advirtió que esta iniciativa de los demócratas está generando “un tremendo enfado”.

En el violento asalto al Congreso, en el que fallecieron cinco personas, entre ellas un policía, se vio abundante simbología de extrema derecha y del supremacismo blanco, y los congresistas tuvieron que ser evacuados de emergencia hacia un lugar seguro en los sótanos del Legislativo estadounidense.

Este fin de semana las autoridades de EEUU comenzaron las detenciones debido al asalto bajo cargos federales de los participantes, entre los que se encuentran exmiembros de las fuerzas armadas, representantes de la teoría conspirativa QAnon y un legislador estatal.

En las tensas horas de asedio y toma del Capitolio, Trump se dirigió a los asaltantes como “gente muy especial” y calificó la jornada como “un día increíble”.

Sus comentarios provocaron una ola de indignación de los demócratas, y de algunos republicanos, quienes criticaron que Trump había violado su juramento de protección y defensa de la Constitución.

Pese a su derrota en las elecciones presidenciales de noviembre pasado frente al demócrata Joe Biden, Trump no ha reconocido la victoria de su rival y ha insistido en sus acusaciones de fraude electoral, desestimadas por los tribunales por falta de pruebas.

La ceremonia formal de toma de posesión de Biden está prevista para el próximo 20 de enero, acto al que Trump, rompiendo la tradición histórica, ya ha anunciado que no acudirá. Para tratar de evitar enfrentamientos violentos, las autoridades de EEUU han ordenado un enorme despliegue policial en la capital estadounidense.

Washington se reforzará con más de 10.000 miembros de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad, mientras que la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, ha pedido al público que no asista a la celebración en la explanada del National Mall, en el centro de la ciudad.

El actual inquilino de la Casa Blanca ha evitado hacer autocrítica y considera que el discurso ante los manifestantes, en el que proclamó que “nunca” aceptaría el resultado de las elecciones, fue “totalmente apropiado”. Según Trump, así se lo habrían trasladado “todos” los que han “analizado” sus palabras.

Sus incendiarios mensajes le han costado también el veto de las redes sociales, especialmente doloroso en el caso de Twitter, al que solía recurrir como altavoz. También en este tema cree que la suspensión de sus cuentas provoca “enfado”, si bien ha presumido de que sigue teniendo un “enorme apoyo”.

“Creo que las grandes empresas tecnológicas le están haciendo cosas horribles a nuestro país”, ha asegurado antes de embarcar en el Air Force One.

Trump y el vicepresiente Mike Pence se vieron el lunes en la Casa Blanca, en su primer encuentro desde el asalto al Capitolio. Según fuentes consultadas por varios medios, la reunión duró alrededor de hora y media y se desarrolló en un tono cordial, a pesar del cada vez más evidente distanciamiento político entre ambos.

Pence se ha convertido en protagonista de estos últimos días por los llamamientos a invocar la Vigésimo Quinta Enmienda de la Constitución, que faculta al vicepresidente a reunir una mayoría de gobierno con la que desbancar al presidente.

Donald Trump acusó el lunes durante una conversación privada con en líder de la minoría en la Cámara de Representantes a miembros del movimiento Antifa de estar detrás del asalto de la semana pasada al Capitolio, llevado a cabo por decenas de seguidores del mandatario, según el portal de noticias Axios, que aseguró que Trump defendió la teoría de que Antifa estuvo detrás de lo sucedido, pese a las pruebas documentales y del arresto de varios de los implicados, todos ellos seguidores de Trump, motivo por el que Kevin McCarthy rechazó las afirmaciones del presidente.

70.000

Twitter ha suspendido de manera permanente 70.000 cuentas afiliadas al movimiento conspiranoico QAnon, defensor del presidente. La medida se ha activado tras lo sucedido en el Capitolio y la principal razón, según la compañía, es impedirles usar la red social con fines violentos.

Congresistas contagiados. Tres congresistas estadounidenses han dado positivo por coronavirus tras verse envueltosen el caos en que se convirtió el Capitolio por el asalto de cientos de seguidores de Trump, lo que hace temer que surjan nuevos contagios. Al caso de Bonnie Watson Coleman, que representa al Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, se han sumado martes los de su compañeros Pramila Jayapal y Brad Schneider.

“El impeachment es la mayor caza de brujas en la historia política y mis palabras ante el Capitolio fueron apropiadas”

Presidente de EEUU