- El Ejecutivo israelí puede iniciar hoy según el pacto de coalición la anexión de partes de Cisjordania, pero ayer, su contenido no estaba definido y el Gobierno sigue discutiendo con Estados Unidos, por lo que no se descarta retrasarla. “Hablamos sobre la cuestión de la soberanía en la que estamos trabajando estos días, y seguiremos trabajando los siguientes”, declaró el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras el encuentro ayer con el embajador de EEUU en Israel, David Friedman, y el enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Avi Berkowitz.

La declaración fue para algunos analistas un indicativo de que quizá hoy no será el día clave para comenzar la anexión, pero creen que Netanyahu, que no quiere dar marcha atrás, podría hacer un anuncio simbólico sin implicaciones prácticas ni efectos inmediatos.

De momento, no hay convocada reunión del Gabinete de Gobierno, por lo que no se prevé un avance significativo para poner en marcha el plan de anexión.

“Puede ser que haga un gran gesto”, pero será como presentar “una gran caja con poco contenido”, dice el analista Amir Oren. Según remarca, aún hay muchos asuntos pendientes: “No hay nada preparado sobre el terreno, y nadie sabe qué partes se anexionará”, a lo que se suma el desconocimiento de los plazos y formato exacto del plan, que solo apoya EEUU y tiene oposición de palestinos y gran parte de la comunidad internacional.

“Es un proceso complejo” y “hay muchas cuestiones políticas y de seguridad a tener en cuenta que no puedo comentar con detalle”, dijo ayer el jefe de Gobierno, en una reunión de su partido, Likud. EEUU dio vía libre a la anexión del Valle del Jordán y colonias de Cisjordania en su propuesta de paz este enero, pero según altos cargos de la Casa Blanca, los estadounidenses quieren discutir más el asunto.

Netanyahu presentó la anexión como su máxima promesa electoral, pero “se excedió un poco”, asegura Oren. Sin embargo, tiene margen para cubrirse las espaldas: “Puede decir que cumplirá más tarde” su compromiso, ya que la población israelí está “preocupada por la crisis económica” del coronavirus y este asunto queda en segundo plano.