Londres - El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, anunció ayer que asumirá la defensa de un segundo referéndum sobre el Brexit si se lo piden sus bases en el congreso de la formación que se desarrolla en Liverpool, una consulta que había rechazado respaldar hasta ahora. Corbyn aseguró que se convocará esta semana una “votación clara” para que los afiliados se pronuncien sobre la postura que debe tomar el partido respecto al curso de las negociaciones del Brexit, aunque indicó que aún no se ha decidido la pregunta concreta que se les trasladará.

La presión sobre el líder de la oposición ha aumentado tras publicarse una encuesta de la firma YouGov que sugiere que el 86% de los miembros del Partido Laborista quiere que se convoque un nuevo referéndum sobre el resultado de la negociación entre Londres y Bruselas. El estudio señala que el 90% de los miembros del partido votaría por permanecer en la Unión Europea si se convocara esa nueva consulta. Entre los afiliados laboristas residentes en Londres, el 93% quiere un referéndum.

Corbyn, que durante la campaña del plebiscito de 2016 fue acusado de tibieza en su defensa de la permanencia en la Unión Europea, rehusó declarar ayer, en una entrevista con la BBC previa a la inauguración del congreso anual de la formación, qué votaría si volviera a preguntarse a los británicos sobre salir o quedarse en la UE. “Son conjeturas sobre cuál sería la pregunta”, respondió el líder laborista, quien subrayó que “el 40% de los votantes laboristas votó por salir (de la UE) y el 60% votó por permanecer, pero ninguno de ellos votó por perder su trabajo ni que se rebajen los estándares alimentarios”.

Len McCluskey, líder de Unite, el mayor sindicato del Reino Unido, afirmó por su parte que un nuevo referéndum no debería plantear la cuestión sobre si continuar en la Unión Europea, porque, en su opinión, “la gente ya ha tomado una decisión sobre eso”. Una eventual consulta debería dar a elegir a los ciudadanos entre abandonar la Unión Europea con un acuerdo o sin un acuerdo, manifestó a la cadena BBC Radio 5 Live el responsable de Unite, una organización históricamente ligada al Partido Laborista y que apoyó a Corbyn en las primarias que le llevaron al liderazgo de la formación en 2015. “Hay una cantidad significativa de personas que han apoyado tradicionalmente al Partido Laborista que están diciendo que votarán a los conservadores porque no confían en el laborismo para sacarnos de la Unión Europea”, advirtió McCluskey.

Nuevas Elecciones Corbyn insistió en que su estrategia pasa por demandar unas elecciones generales en el Reino Unido que le otorguen la opción de tomar las riendas de las negociaciones con Bruselas desde el Gobierno británico.

El líder laborista considera que el escenario de unos comicios en los próximos meses es posible, dada la cantidad de diputados conservadores que están a disgusto con la gestión del Brexit de la primera ministra, la tory Theresa May, y que podrían contribuir a forzar su salida. “Este Gobierno no parece demasiado sólido. Podríamos estar perfectamente encaminándonos hacia unas elecciones generales. Nosotros estamos preparados”, argumentó Corbyn. De hecho, el diario The Sunday Times sugirió ayer, en base a fuentes conservadoras, que el equipo de May valora la posibilidad de convocar unos comicios anticipados, algo que tanto Downing Street, el despacho oficial de la primera ministra, como el titular del Brexit, Dominic Raab, han desmentido.

En junio de 2017, May llamó a los británicos a las urnas para intentar reforzar su liderazgo al comienzo del diálogo con la Unión Europea, pero sus planes se torcieron y terminó perdiendo la mayoría absoluta que mantenía hasta entonces en el Parlamento.

El futuro acuerdo En el escenario hipotético de que llegara al poder un Gobierno laborista antes del próximo 29 de marzo, la fecha marcada para el Brexit, Corbyn manifestó que trataría de alcanzar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea que incluyera una “unión aduanera”. A pesar de que su hoja de ruta pasaría por abandonar el mercado único, el laborista se mostró confiado en que podría “llegar a un acuerdo para asegurar que hay libertad para comerciar a través de la frontera” entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, uno de los asuntos más controvertidos de las negociaciones del Brexit.

“Europa ha dicho muy claramente que no quiere desmontar el Acuerdo de Belfast ni el proceso de paz irlandés, y ven la imposición de una frontera como parte de ese posible desmoronamiento, y tienen razón”, argumentó. “Creo que podemos llegar a un acuerdo que asegure que no hay una frontera dura” en Irlanda, puntualizó el líder laborista.