Gasteiz - Joseba Azkarraga pide “audacia” al Gobierno español y acerque a los presos de ETA y la kale borroka pero no solo a los enfermos de gravedad y los mayores de 70 años (entre todos suman una veintena de un total que ronda los 240 en el Estado), también al resto de los reclusos, tal y como está haciendo el Gobierno de Francia.
¿Cree que el Gobierno español va a acercar a los presos?
-Quiero creerlo, pero no se puede estar constantemente trasladando opiniones contradictorias por parte de miembros del propio Gobierno como está ocurriendo. Desde la disolución de ETA el pasado 4 de mayo hasta hoy ha pasado mucho tiempo. Da la impresión de que la decisión no está tanto en manos del Gobierno porque está mirando continuamente a ver lo que dicen el PP y Ciudadanos.
¿A qué contradicciones se refiere?
-La más reciente es cuando el propio ministro del Interior ha afirmado que la política de alejamiento no tiene nada que ver con los beneficios penitenciarios. Nosotros compartimos esa opinión, pero no casa con que días después el delegado del Gobierno español en la CAV dijera que si los presos quieren ser trasladados a cárceles vascas tendrán que arrepentirse y colaborar con la justicia, y además deberán romper con ETA.
¿Y no deberían hacerlo?
-Esto carece de sentido porque ETA ya no existe. La normativa penitenciaria debe cumplirse, especialmente desde el Gobierno español. No cabe plantear más exigencias o contrapartidas a los presos que no estén recogidas en ningún tipo de legislación. El alejamiento fue una decisión política tomada ya hace casi 30 años y, por tanto, tiene que ser política la decisión de poner fin al alejamiento. Además esa política está en contra de la propia normativa penitenciaria que viene a decir que todo preso tiene que cumplir su condena cerca de su lugar de residencia.
¿Cree que confunden deliberadamente la política penitenciaria (alejamiento) del Gobierno y la ley penitenciaria que prevé beneficios y permisos de salida?
-No sé si se hace deliberadamente pero se están mezclando los términos de manera muy preocupante. El alejamiento ni siquiera ha dado frutos en su objetivo de poner fin a la actividad de ETA porque la decisión de ETA de poner fin a su actividad armada se produjo en 2011, veintidós años después del inicio de la política de alejamiento. Aquello fue una decisión política y se ha utilizado como una política de castigo y de venganza.
El Gobierno español ha anunciado que de momento solo va a acercar a los presos enfermos y los mayores de 70 años. ¿Qué entiende con ese de momento?
-Eso lo llevamos escuchando desde mayo. Además los presos enfermos son una docena y algunos están tan gravemente enfermos que llegará tarde esa medida, y los mayores de 70 años solo son dos. Si el cambio de la política penitenciaria se limita a eso... para ese viaje no hacían falta tantas alforjas. El Gobierno debería ser más audaz y cumplir la ley.
¿Cree que el Gobierno español puede seguir el modelo francés e ir acercando no solo a los que tienen penas menores sino también al resto?
-Había esperanza de que en el caso francés, después de los presos con penas menores, se acercaría también a los que tienen delitos de sangre, como así está haciendo. Creo que es una buena política y el Gobierno español debería mirarse en ese espejo.
¿Considera un gesto o un cambio de actitud del Gobierno español el traslado de Asturias a Basauri de dos presos hace una semana?
-Son presos que ya estaban en tercer grado penitenciario desde comienzos de año, todavía en la época del presidente Rajoy. Hay que desmarcar este traslado, lógico por su tercer grado, con la reivindicación que hacemos de que termine el alejamiento y que todos los presos puedan cumplir su condena en las cárceles del País Vasco.
¿Qué papel deben jugar las víctimas en cuanto al acercamiento?
-Se hace mucho hincapié en que se va a informar permanentemente a las víctimas de todos los pasos que va a dar en esta materia. Perfecto, pero la política penitenciaria no la dictan ni las víctimas ni el PP o Ciudadanos, sino el Gobierno.
¿Percibe algún cambio en las víctimas?
-Han dado un paso ya que ahora reconocen que se está cumpliendo la legalidad, al menos en el caso de los dos trasladados desde Asturias. Las víctimas tienen que comprender que se está cumpliendo la legalidad. Yo les recordaría a esos colectivos que también hay que cumplir la legalidad trasladando a todos los presos alejados de sus lugares de origen.
¿Cree que la opinión pública española está cambiando su actitud en relación con los presos una vez que se ha disuelto ETA?
-Creo que la sociedad española ha cambiado su actitud. Si el Gobierno, los partidos y los medios de comunicación explican a la sociedad que se trata de un mero cumplimiento de la ley, la sociedad lo entenderá sin problemas.
¿Lo entenderá lo suficiente como para que Sare lleve este otoño a Madrid la convocatoria de manifestación, tal y como anunció a principios de año?
-De manera equivocada alguien entendió que nosotros planteábamos una manifestación en Madrid. Es verdad que hay grupos en Madrid que están pensando en hacer algo en este sentido, pero nosotros estamos centrados en la convocatoria del 20 de octubre en Bilbao que reflejará claramente el sentimiento de la sociedad vasca en esta materia.
¿Ve posible un consenso social y político en esta materia?
-Es imprescindible llegar a un acuerdo en el tema de las víctimas, de todas las víctimas. Tenemos que alcanzar un acuerdo de mínimos y también en el tema de los presos. Este no puede ser un tema que se utilice como arma arrojadiza entre los partidos. El PP y Ciudadanos se lo van a pensar dos veces a la hora de lanzar una campaña como la que lanzaron hace dos semanas después de la respuesta que han recibido desde las principales asociaciones de víctimas y de algunas víctimas de manera individual.
¿Qué pasos deberían de dar los presos de ETA para facilitar la convivencia y la reconciliación?
-Cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación, lo cual me parece correcto porque ya no tiene sentido al no existir ETA. Hay que huir de un modelo de vencedores y vencidos que algunos quieren plantear. Los presos dieron en 2013 un paso muy importante cuando públicamente hubo un reconocimiento del daño causado. Ese es un paso adelante de cara a la convivencia.
El reconocimiento del daño causado lo ha hecho el EPPK. ¿Debería hacerlo cada preso de manera individual?
-Si lo quieren hacer, me parece bien que lo hagan pero no porque se plantea como una exigencia que no aparece en ninguna ley.
¿Qué opina del modelo de la ‘vía Nanclares’?
-Los resultados están a la vista. Es un modelo que se terminó sin haber avanzado prácticamente nada. Al final fue el propio Gobierno de Rajoy el que frenó aquella iniciativa. Escuchar ahora al delegado del Gobierno español diciendo que el nuevo modelo para hacer frente a la nueva situación puede ser la vía Nanclares no tiene sentido después de que fuera el Gobierno del PP el que lo tumbó. Los encuentros entre presos y víctimas son interesantes porque ayudan a que cada cual pueda plantear su posición, pero no son un requisito exigible para el cumplimiento de la ley
¿Incluye Sare en su defensa y reivindicación a los presos que disienten del EPPK como, por ejemplo, los seis de ATA o los que han pedido perdón y buscan una salida al margen del colectivo de presos?
-Cuando hablamos del colectivo de presos nos referimos al conjunto de los reclusos. En lo que a mi responsabilidad al frente de Sare respecta, no voy a hacer ninguna diferenciación entre unos y otros, estén o no en ATA o donde sea. Sare está dispuesto a hablar con cualquier otro colectivo. Tenemos una relación directa y fructífera con Etxerat, y cualquier otro colectivo que quiera hablar con nosotros, lo puede hacer sin problemas.
¿Qué le parece que se sigan haciendo ‘ongi etorris’ a los presos de ETA que salen de la cárcel?
-Que haya personas que salen en libertad y son recibidas en su municipio por gente que se alegra de su libertad no supone que esa gente esté o no de acuerdo con las actividades que hayan podido desarrollar. No hay que utilizar ese tipo de recibimientos, que muchas veces se hacen en un ámbito privado, con lo que puede ser la exaltación de las actividades del preso. Yo no tengo nada que decir con el hecho de que algunas personas reciban con alegría a un excarcelado.
¿Debe modificarse la Ley de víctimas de abusos policiales?
-Es un buen paso el que el Gobierno Vasco haya conseguido la retirada del recurso de inconstitucionalidad pero se debería ser más ambicioso en la exigencia de una verdadera ley de abusos policiales. Mientras no nos pongamos de acuerdo en lo que tiene que ser un relato de la memoria difícilmente vamos a avanzar en la convivencia. Ese relato no debe abarcar desde el nacimiento de ETA hasta su desaparición. Igual debe empezar desde el año 36, todavía hay mucha gente con familiares desaparecidos en las cunetas. Además, deberían incluirse los más de doscientos asesinatos de grupos de la extrema derecha y los excesos policiales, y sobre todo los miles de casos de torturas. Si no, estaremos cerrando en falso ese relato.
“El Gobierno español debería mirarse en el espejo de Francia y acercar también a los que tienen delitos de sangre”
“PP y C’s se lo van a pensar dos veces a la hora de cargar contra los presos después de la respuesta de las víctimas”
“Las víctimas han dado un paso al aceptar la legalidad de los dos últimos traslados, pero la ley es para todos”
“Los resultados de la ‘vía Nanclares’ están a la vista. Aquel modelo terminó sin prácticamente avance alguno”
“Que haya presos que son recibidos en su municipio no supone que quien le recibe esté de acuerdo con lo que hizo”