París - Un hombre fue abatido ayer en el parisiense aeropuerto de Orly tras haber atacado, en nombre de Alá, a una patrulla de militares del dispositivo antiterrorista, hora y media después de haber disparado y herido levemente a una policía en un control de carretera en el norte de la capital francesa.

El individuo -identificado como Ziyed Ben Belgacem, de 39 años, fichado por la policía y condenado en tres ocasiones a prisión por robos a mano armada y tráfico de drogas- había sido también objeto de atención de los servicios de inteligencia de Francia por su radicalización, según relató el fiscal de París, François Molins.

Esa radicalización tuvo lugar tras una estancia en prisión entre 2011 y 2012, lo que llevó a que recientemente su domicilio fuera registrado, bajo el estado de emergencia decretado en 2015, sin que se encontraran elementos que justificaran una atención particular.

Serán los servicios antiterroristas de la Fiscalía los que dirijan la investigación, en la que tres personas -el padre, el hermano y un primo del agresor- están siendo interrogadas.

El domicilio de Belgacem en Garge les Gonesse, en la periferia norte de París, fue registrado sin que se encontraran elementos importantes, más allá de algo de cocaína, un machete y una cantidad de dinero en divisas extranjeras.

La acción de Belgacem -de nacionalidad francesa y nacido en París- provocó que el aeropuerto fuera desalojado, lo que obligó al traslado de unas 3.000 personas ante el temor de que el agresor llevara explosivos, y fuera cerrado al tráfico aéreo, generando la anulación de un centenar de vuelos e importantes perturbaciones en el resto de las rutas que utilizaban esta instalación.

Sobre las 07.50 hora local, Belgacem fue objeto de un control de la policía cuando iba al volante de su Renault Clio a elevada velocidad cerca de su domicilio. Tras entregar sus papeles a la agente que se los requirió, el hombre sacó un revolver de cartuchos y le disparó, provocándole heridas leves, antes de emprender la huida.

Belgacem se dirigió a un bar de la localidad de Vitry, vecina del aeropuerto de Orly, en el que había estado la noche anterior junto a su primo, el mismo que se encuentra bajo arresto policial.

cuatro disparos en un bar Allí amenazó a los clientes y efectuó al menos cuatro disparos sin causar heridos, antes de huir de nuevo al volante de su coche.

Posteriormente lo abandonó y robó a punta de pistola otro, un Citroën C4 con el que llegó al aparcamiento de Orly a las 08.06 hora local, donde estacionaría este segundo vehículo. Minutos más tarde accedió a la zona de embarque del primer piso de la terminal Sur del aeropuerto de Orly.

Sin mediar palabra, se abalanzó sobre una soldado de una patrulla de tres efectivos del Ejército del Aire miembros del dispositivo de más de 6.000 militares desplegados en las zonas sensibles del país, tras la oleada de atentados yihadistas de los últimos años.

Belgacem, quien previamente había tirado al suelo una mochila que contenía un bidón de carburante, agarró a la militar por el cuello con su brazo izquierdo, mientras con el derecho apuntaba con su pistola en su sien y amenazaba a los otros dos soldados, que a su vez le apuntaban con sus armas.

con un ejemplar del Corán En ese momento Belgacem, que portaba un ejemplar del Corán, les amenazó: “Tiren las armas, estoy aquí para morir por Alá, de todas formas va a haber muertos”. Según las imágenes de videovigilancia, se produjo un forcejeo entre la soldado y el agresor, que trataba de arrebatarle su metralleta. Algo que logró tras varios intentos, pero la soldado pudo desembarazarse del agresor, lo que permitió a sus compañeros disparar una primera vez, lo que no evitó que Belgacem volviera a atrapar a su víctima. Un segundo disparo le hizo caer al suelo, pero se levantó, y fue necesario un tercero para acabar con su vida, según Molins, algo que ocurrió poco antes de las 08.30 hora local (07.30 GMT).

Tanto el presidente francés, François Hollande, como los ministros del Interior, Bruno Le Roux, y Defensa, Jean-Yves Le Drian, ensalzaron la labor de los soldados y de las fuerzas del orden. Le Drian recordó que es el cuarto ataque que sufren militares del dispositivo de vigilancia antiterrorista, el anterior a principios del mes pasado en el parisiense museo del Louvre.

A primera hora de la tarde local, tras comprobarse que no había explosivos, el aeropuerto reabrió de forma paulatina, aunque la normalidad total no se recuperará hasta mañana, según sus responsables.

Por otro lado, el joven de 17 años que el pasado jueves penetró fuertemente armado en un instituto de Grasse, en el sureste de Francia, quería matar a entre ocho y catorce compañeros con los que estaba resentido, explicó ayer la fiscal de la ciudad, Frabienne Atzori.

Según la magistrada, el menor, que hirió a cinco personas de carácter leve, entre ellas al director del centro, había generado sentimientos de odio contra esos compañeros hasta el punto de plantearse acabar con sus vidas. La fiscal afirmó que ninguno de los heridos formaba parte de sus objetivos.

El menor, quien portaba dos armas cortas, un fusil y material explosivo que consiguió en casa de su padre y de su abuelo, fue reducido por la policía sin oponer resistencia.

Al día siguiente de los hechos, la policía detuvo a su mejor amigo, cuyo papel en el tiroteo no ha sido determinado y que, señaló la fiscal, no ha querido hablar a los investigadores. El hermano gemelo de éste, detenido en un primer momento, fue puesto en libertad sin cargos.