Un tercio de la población ocupada en Euskadi tiene "muchas dificultades" para compaginar trabajo con cuidado de menores y dependientes. No obstante, también un tercio de las personas ocupadas disfruta de un horario flexible de salida, según datos facilitados por el Intituto vasco de Estadística, Eustat.

BILBAO. Una de cada tres personas ocupadas de la CAV (32%) afirma que tiene "muchas dificultades" para compaginar trabajo con el cuidado de dependientes y un porcentaje similar (31,2%) a la hora de atender a hijos menores.

Este alto grado de dificultad también lo percibe el 4,4% de las personas ocupadas cuando se trata de conciliar el trabajo con la realización de actividades personales.

Los hombres manifiestan una mayor dificultad para compaginar el trabajo con el cuidado de menores, ya que el 72,7% declara tener una dificultad media o alta frente al 62,8% de las mujeres.

Las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos menores de 15 años destinan 4,5 horas diarias a su cuidado, mientras que los hombres en situación equivalente sólo emplean 2,9 horas diarias. Esta diferencia se reduce en el caso del cuidado de las personas dependientes, actividad a la que los hombres dedican 1,5 horas diarias y las mujeres 2,1 horas, siempre y cuando tengan algún dependiente a cargo.

Además, llega a la mitad el porcentaje de las mujeres ocupadas que destina un número de horas mayor al día, cinco o más, al cuidado de menores. Hasta un 14,7% dedica ese mismo tiempo al cuidado de dependientes.

A su vez, y en contraposición, la mitad de los hombres ocupados colabora con dos o menos horas atendiendo al cuidado de sus hijos. En comparación con los datos de 2010, se observa que el porcentaje de mujeres que dedica un elevado número de horas --cinco o más-- al cuidado de sus hijos se mantiene, mientras que el correspondiente a las personas dependientes ha disminuido del 36,6% en 2010 al 14,7 en 2015.

El reparto de tareas domésticas entre los ocupados también resulta desigual: nueve de cada diez hombres el (91,3%) dedica dos o menos horas a esas tareas, mientras que tres de cada diez mujeres (el 28,3%) emplean tres o más.

Este desigual reparto de funciones motiva que un porcentaje significativo de mujeres ocupadas (14,9%) esté muy insatisfecho con la colaboración que ofrece su cónyuge o pareja en la realización de las tareas domésticas.

Por otra parte, una gran mayoría de los hombres ocupados (70,4%), por el contrario, está muy satisfecha con la realización del trabajo de casa a cargo de su pareja.

SATISFACCIÓN

Sin embargo, es de destacar que las mujeres trabajadoras expresan una mayor satisfacción con el cuidado de su descendencia, un 60% señala que es alta, e incluso con las tareas del hogar, el 44,9% declara también una alta satisfacción, que los hombres ocupados que, en el primer caso, baja a un 49,2% y al 41,3%, en el segundo.

Una parte relevante de la población ocupada tiene que dedicar más horas de las establecidas o previstas a su trabajo: un 20,1% algunas veces y un 17,5% casi siempre. Esta prolongación en la jornada laboral afecta más a los hombres que a las mujeres, ya que el 21,1% de los ocupados alarga la jornada algunas veces y el 19,6% casi siempre, mientras que en las mujeres ocupadas estos porcentajes suponen el 18,9% y 15%, respectivamente.

El horario flexible de salida, otra herramienta para mejorar la conciliación, lo disfruta un tercio de las personas ocupadas. Respecto al trabajo en el propio domicilio, un 7,9% de las personas ocupadas trabaja esporádicamente en casa y un 4% al menos la mitad de los días.

Dentro de las distintas medidas que pueden facilitar la conciliación de trabajo, familia y vida personal, las ausencias temporales del trabajo están al alcance de la inmensa mayoría de la población ocupada, seguidas por la posibilidad de pedir días sin sueldo, factible para el 54,2%. Además, casi la mitad de la población trabajadora manifiesta una dificultad baja para conseguir excedencias o reducciones de jornada.